Cineastas a la chepa

Hemos de felicitarnos, y felicitar a Javier Bardem, por la consecución del Oscar al actor secundario. En primer lugar, porque es un compatriota. En segundo, porque es un magnífico actor. En tercer lugar, porque siendo su antiamericanismo tan acendrado y de prosapia, no deja de ser una imagen entrañable verle besar la estatuilla del tío Oscar, uno de los iconos de los Estados Unidos. En cuarto, porque Javier Bardem podrá empaparse de que uno de los secretos del éxito de Hollywood es que se trata de una industria no subvencionada, que ha de pensar en el consumidor-ciudadano y no en el Ministerio de Cultura. En sexto lugar, porque tratándose de un multimillonario, que incrementará su caché, podría renunciar a cualquier subvención. No caerá esa breva. Las clases medias tendremos que seguir llevando en la chepa a los cineastas que, encima, agreden nuestros modelos de vida.