lunes, 28 de abril de 2008

Homenaje a los héroes del 2 de mayo, el miércoles y el viernes en A Fondo

El espacio habitual de A Fondo, de Radio Intereconomía, dedicado los miércoles, de 21 a 22 horas, a ‘Héroes de España’, estará centrado esta semana en los héroes del 2 de mayo. También se ha grabado un programa especial que se emitirá en las dos horas del programa el viernes, y que incluye una radio novela sobre la sublevación de Madrid contra el invasor napoleónico.

domingo, 27 de abril de 2008

La depredación de las clases medias se dispara en los ayuntamientos

Llevo tiempo anunciando, desde el programa A Fondo, de Radio Intereconomía, una de las crisis más devastadoras que se nos avecina: la de los ayuntamientos, que han vivido de los ingresos correspondientes a las licencias urbanísticas, y que han inflado sus nóminas, de manera marcada por el nepotismo y por el clientelismo político. Esos ayuntamientos, cortada la vía financiadora del ladrillo, van a repercutir sus dispendios y su falta de previsión sobre los ciudadanos. Esa crisis ya está llegando. He recibido el siguiente mensaje de un oyente de Valencia, que se presenta como asiduo seguidor del programa por ser el único en el que se denuncia públicamente el escandaloso expolio (yo lo llamaría "saqueo" o "robo") de las clases medias españolas.
El oyente me documenta el brutal ascenso del IBI en los nuevos valores asignados para 2008 a un piso que tiene en Mislata, población anexa a Valencia capital.
Los datos resumidos son:
Valor de construcción en 2007 = 23.948 euros. Valor para 2008 = 59.275 euros. Un 147% de aumento.
Valor del suelo 2007 = 598 euros. Valor para 2008 = 81.832 euros. ¡¡ Un 13.570% de aumento !! Increíble, pero cierto.
Valor catastral total: En 2007 = 24.546 euros, y en 2008 = 141.107 euros, o sea, un 474 % de subida.
Indica que “he presentado reclamaciones (supongo que inútiles), tanto al Catastro como al Ayuntamiento, solicitándoles la revisión exhaustiva de las valoraciones realizadas, pues las creo evidentemente erróneas. Así que, ante esta situación de saqueo permanente y descarado, como integrante todavía de la clase media y como previsor que he sido en mi vida y soy, ya estoy buscándome una buena esquina en la que ponerme de rodillas y colgarme al cuello un cartelito que diga: "Una limosnita, por favor, que fui de la Clase Media en la época de Zapatero".
Al margen del buen humor, y de recordar que Zapatero no es la causa de nuestros males, sino su pernicioso efecto, la crisis de modelo en la que estamos se va a extender a todos los niveles, nacional, autonómico y local, con la pretensión de incrementar el expolio de las clases medias. Pero por esa línea se empobrecerá a la parte más dinámica de la sociedad, a la que la sostiene con sus impuestos, y llegará un momento en que todo el edificio se vendrá abajo, pues no quedará suficiente gente para sostenerlo.
Es preciso avisar de la gravedad de la situación y exigir que se produzcan medidas audaces, radicales y rápidas de reducción del gasto público en todos los niveles. Es imprescindible que las clases medias se organicen para defender, desde luego, sus ideales, pero de manera urgente sus intereses en términos de estricta supervivencia.
Agradezco que se me remitan mensajes como el de Pedro Chiarri, así se llama el oyente, para ir denunciando estas tropelías. Los ayuntamientos deberán reducir sus plantillas antes que desbocarse por el abismo de la expoliación de las clases medias.

sábado, 26 de abril de 2008

El PP precisa hacer catarsis de la teoría de la conspiración

La derecha está generando un nuevo tabú: no hablar de la teoría de la conspiración y de lo que implica de degradación moral no sólo para sus creadores sino también para quienes la han seguido y dado pábulo. Sin embargo, nada de lo que está sucediendo actualmente en el PP se entiende sin un conocimiento y una comprensión profunda de lo que ha significado esa teoría de la conspiración. Nada se entiende porque el PP, sin centrar en ello el debate, lo que está haciendo es depurar responsabilidades de esa grosera mentira, de ese insulto a la inteligencia, a las víctimas y a los héroes, que se desarrolló como una especie de doctrina oficial, de seña de identidad de la derecha durante cerca de tres años y que consumió casi todas las energías durante la pasada legislatura, hasta convertir a la oposición en un esperpento, y a una parte de la derecha sociológica en una secta intratable y degradada.
Por esa depuración no reconocida de responsabilidades ha salido del primero plano un Eduardo Zaplana que ha puesto un oscuro broche a su carrera política y por eso hoy ni tan siquiera se cita el nombre de Ángel Acebes.
Esa degradación de la teoría de la conspiración que llevó al abismo de las chorradas al diario ultrasensacionalista ‘El Mundo’ y a un histriónico vocero de la cadena acatólica cuando no anticatólica –desde luego no cristiana y mal educada- ha generado un método de propaganda y un intento de monopolio. El primero aún funciona, el segundo se está viniendo abajo, porque los gurúes están básicamente muertos civilmente. Con ellos no es que la derecha no podrá recuperar nunca el poder, es que ha perdido el alma, en un decaimiento maquiavélico y tardoestalinista. Una parte de la derecha ha interiorizado que el mandamiento de ‘No mentirás’ ha quedado abolido del decálogo, y un escándalo añadido es que eso se hace con la tolerancia y la aquiescencia de la jerarquía católica, en el bien entendido caso que los mandamientos nos obligan a todos y que nadie está por encima de ellos.
De repente, una parte de la derecha se ha hundido, hasta el ridículo, en lo que denunciaba en la izquierda: en la mentira, en el todovale con tal de conquistar el poder, en el más estricto relativismo, llevado a niveles chuscos.
Por esa dilapidación de energías, por ese abrumador decaimiento moral, por ese sectarismo insultante y odioso –pues difunde el odio- la derecha ha perdido las elecciones. Y eso no se quiere reconocer. Y esa nueva hipocresía entraña una extraordinaria gravedad, porque se hace preciso reconocer el error, restituir.
Es obvio que los principales culpables de la derrota del PP son Jiménez Losantos y Pedro Jota Ramírez, y quienes les han hecho la ola y les han seguido. Incluso los que han guardado silencio o han mirado para otra parte.
El PP, antes que primarias e ideologías, tiene que pedir perdón por la conspiranoia, es precisa la catarsis. Porque sólo la verdad –nos beneficie o no, cuando se apuesta por la libertad hay que estar dispuestos a perder- nos hará libres. Palabras divinas.

Tesis en torno a 'Conspiranoia'

Con gran satisfacción, informo de que se está elaborando una tesis universitaria en torno a mi libro ‘Conspiranoia, de cómo El Mundo y la COPE mintieron y manipularon sobre el 11-M”. Una de las reflexiones de la tesis es que lo que ha generado la teoría de la conspiración es un método de propaganda, unos instrumentos y un relativismo, en el que la mentira es aceptada como un arma legítima de combate. En mi opinión, ha generado una especie de secta, que está menguando, pero que todavía da coletazos, que genera consignas de continuo como si quisiera sobrevivir a su fracaso.

viernes, 25 de abril de 2008

Paridad de paro e igualdad en la miseria

Ya hay crisis. No, ya la había. Como saben bien los ciudadanos. Como hemos venido diciendo desde hace casi un año, y desde hace seis meses con mucha fuerza e insistencia desde A Fondo. Lo que sucede es que el Gobierno, torpe, tardón y ciego de intervencionismo y despilfarro, empieza a enterarse. Se rebaja la cifra de crecimiento al 2,3, se dispara el paro. El socialismo sólo sabe generar miseria. Zapatero es la paridad de paro y la igualdad en la miseria.

Poner en marcha el movimiento ciudadano de las clases medias

Más que un sueño tengo una responsabilidad: poner en marcha y liderar un amplio movimiento de las clases medias que evite su expolio y permita la supervivencia de las sociedades abiertas, objetivo sin el cual no se podría sostener los actuales niveles de población y entraríamos en una espiral de miseria y conflicto. El momento ha llegado. Y ya está el texto programático: ‘El manifiesto de las clases medias’. El momento ha llegado porque en esta legislatura es preciso combatir al socialismo depredador por instinto de supervivencia y para erradicarlo.
No llevo en este empeño ni dos días, ni dos años. He seguido, sin desmayo, mucho tiempo en la más completa soledad. A mediados de los años ochenta del pasado siglo publiqué un libro titulado ‘Privatizar las mentes’, en el que denunciaba que no se estaba desmantelando el aparataje estatista montado bajo el chantaje del comunismo y que se corría el riesgo de incrementarlo y de ir hacia recaídas porque se estaba educando a las nuevas generaciones en la adoración al Estado. De ese libro, sólo se vendieron unos pocos cientos de ejemplares. Con gran ilusión fui a firmar ejemplares a la Feria del Libro y consumí las horas preceptivas sin que nadie se acercara. Por la megafonía se anunciaba que firmaba ejemplares de un libro titulado ‘Privatizar los montes’. Parecía más lógico privatizar los montes que las mentes.
Antes había ayudado con ‘El socialismo es el problema’ a organizar el andamiaje intelectual del primer aznarismo, de la refundación del PP y de la conquista del poder, propugnando la renovación generacional e ideológica. Pero no se aprovecharon los ocho años de gobierno, y sobre todo la segunda legislatura, para desmontar el sistema de expoliación de las clases medias, porque Aznar era un hombre del sistema y porque los partidos son aparatos del Estado por su fórmula de financiación.
Estoy hecho a la adversidad y a la soledad. Cuando escribí ‘El manifiesto de las clases medias’ lo hice como un grito personal testimonial. No hubo forma de que pudiera ser publicado. Tuve que montar editorial y buscar distribuidora. Salió llamado al fracaso, sin entrada en el mercado, hasta que los lectores –sin duda, los oyentes de ‘El país de las maravillas’ y de ‘A Fondo’- se la fueron dando, como están ahora revitalizándolo y devolviéndolo a las estanterías.
Está prendiendo el discurso y cosechando adhesiones; en mis reflexiones, es el único que nos puede sacar de una crisis de modelo que puede degenerar en una crisis de civilización y en un desastre humanitario. Es preciso quemar etapas. Me emocionan los pocos pero significativos mensajes que me van llegando de gente dispuesta a ayudar, a echar una mano. La gente que se ofrece y me ofrece su casa. Es una tarea muy difícil, pero necesaria, y me siento responsable de no cejar en ella. No sólo acepto esas ayudas, sino que necesito muchas más.
Necesito romper esa inercia de que el ciudadano medio, expoliado y teniendo que sostener a su familia y mantener a tanta mano muerta, a tanto parásito fiscal, no se considera decisivo, no sabe qué hacer, fuera de votar cada cuatro años. La rebelión de las clases medias rompe las periclitadas dialécticas de derecha-izquierda, supera el debate nacionalista, porque el nacionalismo es la quintaesencia, con la coartada identitaria, de la expoliación de las clases medias.
Ya anuncio que pronto sacaré dos libros que complementan ‘El manifiesto de las clases medias’.
Por supuesto, cuanto hablo no lo hago como teoría, sino que estoy dispuesto a implicarme, porque –ni más ni menos- es mi responsabilidad.

miércoles, 23 de abril de 2008

El socialismo sólo ha generado miseria, y ahora no es la excepción

Mienten y ocultan la realidad. Ni van a dar cuatrocientos euros, ni nada de lo dicho. El problema no es Solbes, ni tan siquiera Zapatero, que también. El problema es el socialismo, el estatismo depredador de las clases medias que sólo crea miseria. El Estado registró hasta marzo un superávit de 3.276 millones de euros en términos de Contabilidad Nacional (el 0,29% del PIB) frente al excedente de 6.747 millones obtenido en el mismo periodo del año anterior, lo que representa un descenso del 51,4%. Y esto no ha hecho más que empezar. Hay que reducir el gasto público, empezando por los asesores de Zapatero y reduciendo drásticamente ministerios. En vez de ello, estos despilfarradores, han creado uno más.

lunes, 21 de abril de 2008

Y los voceros bocazas histriónicos que hablan en nombre de Esperanza, de qué van

Esperanza Aguirre manifiesta que piensa votar a Mariano Rajoy en el Congreso de junio. Y entonces, los voceros bocazas histriónicos que hablan en su nombres, de qué van. Por ejemplo, el director oportunista de un diario ultrasensacionalista y el locutor cantamañanas. Al final, tendrán que sacar su propio partidillo.

domingo, 20 de abril de 2008

Rajoy tiene ganado el Congreso del PP

Asisto sin pasión y con racionalidad al debate abierto en el Partido Popular de cara al próximo Congreso de junio. Me parece que la gran cuestión es si el PP es un partido abierto a influencias externas o sometido a influencias externas.
El intento –fallido- de convertir a Mariano Rajoy en el chivo expiatorio de la derrota del PP es tan injusto como interesado. Ha hecho bien el presidente del PP en negarse a escenificar el desmerecido papel que otros le habían adjudicado y a hacerse el sepuku en honor de un par de aprendices de brujo.
No sólo es que, en efecto, con Rajoy haya subido en votos y en diputados, es que él no se ha inventado la España real en la que el PSOE tenía caladeros a su izquierda y a su vertiente nacionalista. Rajoy ha sido capaz, y es justo reconocérselo, de mantener unido a su partido mientras se le trataba de aislar en el panorama político. Ha demostrado una fortaleza notable rechazando la negociación con ETA y es, sin duda, el triunfador de que la ‘derrota de ETA’ haya vuelto a ser terminología de consenso. Ha aportado al debate importantes e interesantes elementos como el ‘contrato de inmigración’, que el nuevo ministro ha venido, prácticamente, a asumir en muchos de sus aspectos. Y ha demostrado Rajoy responsabilidad personal encomiable evitando la posibilidad de sumir al PP en una crisis sin precedentes. El PP ha sido y sigue siendo un instrumento fundamental para las clases medias españolas, y más en el momento crucial actual.
En términos de racionalidad, casi todos los dirigentes regionales del PP han ido mostrándose partidarios, incluidos Daniel Sirera y María Dolores de Cospedal, de la candidatura de Mariano Rajoy en el PP. Termino antes si digo que todos menos Esperanza Aguirre y María San Gil, de la que desconozco posición. Rajoy tiene ganado, de partida, el Congreso del PP y eso explica su fortaleza actual.
Hay que encomiar que Esperanza Aguirre haya abierto un debate de ideas, que resultaría especialmente intenso si llegara a culminar la presentación de su candidatura. El PP es un partido de síntesis básicamente liberal-conservadora, que, en ocasiones, oscila hacia la socialdemocracia o hacia el mimetismo con el PSOE, como en políticas de vivienda, sanitarias o educativas. Estás lejos de la liberalización que precisan las clases medias para salir de su expolio, pero mucho más cerca que el partido socialista. El liberalismo no puede devenir en nominalismo utilizado como ariete, sino en espejo en el que deberían mirarse todos. Por lo demás, Esperanza Aguirre, cuya lealtad y aportación al PP está fuera de toda duda, tiene declarado que en su victoria, y en la de Gallardón, el peso de las siglas ha sido fundamental.
Otra cuestión es que el director de un diario sensacionalista, de manifiesto oportunismo, y un locutor radiofónico mañanero, de estilo histriónico, se han dedicado a imponer su agenda mercantilista al Partido Popular, enturbiando su vida interna y su proyección externa, con una imagen antipática, marcada por la difusión del odio hacia las personas y toscos esquemas dialécticos amigo-enemigo, que no pasan de filias y fobias de patio de colegio. Si se trata de buscar culpables de la derrota, ellos son los principales. Durante toda la legislatura no han hecho otra cosa que llevar a la estupidez, a la locura y al esoterismo a la oposición con sus supinas chorradas, con sus abrumadoras paridas y con sus alucinógenas fabulaciones sobre el 11-M. Eso de la ‘Conspiranoia’. Y con ese desquicie no han hecho otra cosa que dilapidar energías y hacer perder el tiempo, oscilando entre la ceremonia de la confusión y el puro esperpento.
Lo más importante que ha empezado a hacer Rajoy es soltar amarras de este par de conspiranoicos mercantilistas. Está haciendo oposición suficiente y con fuerza en ocasiones como en lo relativo al agua. La oposición –va de suyo- no gobierna. España no tiene un problema de oposición, aunque la oposición tenga problemas. España tiene un problema –y grave- de Gobierno –o de desgobierno.

sábado, 19 de abril de 2008

El lunes decisivo de Las Navas de Tolosa

.La batalla de Las Navas de Tolosa fue una de las más decisivas de la historia de España y del devenir humano. En importancia, comparable a Las Termópilas o al Desembarco de Normandía. Reproduzco un extracto de mi novela 'Héroes' (Editorial Martínez Roca). El lunes de Las Navas el ejército cristiano se pone en marcha...

Lunes, 16 de julio, del año 1212, de la Encarnación de Nuestro Señor

Era aún noche cerrada, apenas si habían conciliado el sueño, en vigilia de oración los freires, cuando, a la luz titubeante de las antorchas, el campamento se desperezó con imperiosos sones de clarines y viriles voces de mando y apremio: “¡Arriba! ¡Vamos! ¡A formar!”. Se sucedían las carreras. Los escuderos pasaban raudos con los caballos enjaezados. Los arqueros corrían a reunirse, con sus carcajs bamboleándose a sus espaldas. Los peones sujetaban con fuerza sus escudos y formaban las líneas de su cuadrillas. Los caballeros clavaban sus aceros en el suelo y rezaban ante su cruceta; acariciaban la testuz y las crines de sus monturas, de las que dependería su vida en la jornada; montaban y se ajustaban, con ganchos, a los altos arneses para afianzar su posición; recogían el yelmo que les servía el escudero y se lo calaban, asegurando la mejor visión. Los freires marchaban a formar en haces compactas, con sus airosas capas, seguidos por sus sargentos. Los caballeros villanos pasaban con sus acolchadas defensas de cuero y sus largas lanzas. Los portaestandartes acariciaban el astil de sus enseñas y las afianzaban en sus estribos. Se recontaban las fuerzas y se daban novedades. Los señores, con sus familiares, marchaban, ceremoniosos, a ocupar sus posiciones preeminentes. Los mandos se situaban al frente de sus cuerpos. Los reyes de Aragón y de Navarra, con lucidos y marciales cortejos, fueron a los flancos.
Era un amanecer lento. El sol no acompasaba su paso al acelerado latir de los corazones. Tibios haces de luz se desplegaban en el horizonte iluminando una naturaleza extrañamente quieta, ajena a cuanto estaban dispuestos a jugarse los hijos de los hombres.
Poco a poco, la agitación se torno en calma y el caos en orden de revista; en silencio guerrero y religioso; los soldados se persignaban en la alborada más larga y decisiva de sus vidas.
Volvieron a sonar los clarines con toque de atención. El rey llegaba escoltado por su alférez Álvaro Núñez de Lara con la enseña de Castilla, don Rodrigo Ximénez de Rada, con loriga, espada y sosteniendo en su mano izquierda la Cruz de brillantes, don Tello Tellez de Meneses con la Virgen arzonera, con el Hijo de Dios sentado en sus rodillas, y don Domingo Pascuale, portando la bandera del Calvario. Detrás obispos, ricos hombres y la mesnada real.
Alfonso VIII refrenó su caballo al llegar al centro de las filas. Una intensa y callada corriente de comunión y lealtad, que salía de lo más hondo de sus corazones, se adueñó del expectante ejército. El rey hizo un gesto al primado para que procediera. Don Rodrigo se adelantó y se puso a su vera. Mientras los peones se prostraban de hinojos, su mano derecha, con los dedos de corazón e índice unidos, rasgaron las últimas tinieblas, bendiciendo a quienes iban a luchar por el honor de Dios, bajo su signo salvador. Recitó pausado y solemne la fórmula de la absolución:
- Ego te absolvo ab peccatis tuis. In nomine Patris, et Filii et Spiritu Sancti.
El perdón del Altísimo alcanzaba a todos y quien sucumbiera bajo las armas de los enemigos de Cristo moriría como mártir de la fe y alcanzaría la Gloria celestial.
Don Rodrigo hizo recular a su caballo y de nuevo el rey quedó solo con su ejército. Todas las miradas buscaban su rostro serio, pues en la decisión que reflejaba su faz encontraban fortaleza.
- Españoles, hemos marchado juntos, hemos sufrido juntos. Estáis aquí los de lealtad probada. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos os pregunten por qué luchasteis, les contaréis que vinistéis a defenderles a ellos y a los hijos de muchos que ni siquiera conoceréis en vuestra vida. Les diréis que luchasteis por vuestra fe y la suya, pues los enemigos de la Cruz del Señor no sólo aspiran a la destrucción de las Españas, sino que también amenazan con ejercer su crueldad en otras tierras de los fieles de Cristo y oprimir el nombre de cristiano. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos, mirándoos con admiración y agradecidos, os pregunten quién os guiaba en la batalla diréis que no era hombre alguno sino el mismo Dios de los ejércitos y por ello acudistéis jubilosos y sin temor al combate, pues si derramamos nuestra sangre podremos contarnos entre el coro de los mártires. Cuando vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos os pregunten por qué, abandonándolo todo, recorristéis tierras inhóspitas para luchar les diréis que os negasteis, como vuestros antepasados, a que el invasor sarraceno os impusiera sus costumbres y las creencias de la maldita secta de Mahoma. Cuando quieran saber lo que sentía esta entrañable unidad guerrera al comienzo de este día de júbilo y de gloria, la palabra que vendrá incontenible a vuestra boca será la que ahora acelera nuestros corazones: ¡libertad!
Un griterío ensordecedor surgió de las gargantas. Se repetían las invocaciones a Santiago, los castellanos, y a San Jorge, los aragoneses.
Cuando cesó la algarabía de la arenga, el ejército se puso en marcha, bajó el talud e inició el avance hacia el enemigo. En cabeza el señor de Vizcaya, don Diego López de Haro.

viernes, 18 de abril de 2008

Los jóvenes están peor con Zapatero

En esa búsqueda del titular fácil al que es tan propenso el presidente, y al que con tan escaso espíritu crítico se presta este periodismo tan tendente a adular al poder, uno de los destacados es el nombramiento de la ministra más joven. Se supone, de esa manera, en el terreno de las fotos, al que es tan dado este banal presidente, que es ello muestra de que el socialismo depredador de las clases medias está abriendo oportunidades a los jóvenes. Nada más lejos de la realidad. Puro espejismo. Engañifa de guardería.
En realidad, el horizonte y el futuro de los jóvenes españoles oscila entre el paro y el mileurismo. En esta España que ha sido vejada, mientras padece la crisis, por la francachela de los pijoprogres en las tomas de posesión –cuando el Titanic se hundía también sonaba la música-, hay 11 millones de mileuristas. El 30% de los jóvenes entre los 30 y los 35 años aún vive con sus padres; la cifra se eleva hasta el 63% entre los 25 y los 29 años. Y hasta el 95% si se trata de jóvenes entre los 18 y los 25 años. Por ejemplo, según datos de la Agencia Tributaria, el 89% de los jóvenes madrileños tienen salarios inferiores a los 1.000 euros y el 56% no llega a los 600 euros. Eso representa que un menor de 25 años cobra el 45% del salario medio y los jóvenes de 18 años, cobran el 88,4% del salario medio anual. Siempre se ha cobrado menos al empezar, bien, pero ahora la cuestión es que no hay expectativas de futuro. Los mileuristas ni tan siquiera pueden formar familias, ni procrear. Conllevan en sí la extinción de las clases medias autóctonas.
A esos millones de mileuristas de nada les va a servir para mejorar su suerte el titular fácil. Son ellos las principales víctimas de la depredación. Porque una sociedad intervenida, subvencionada y dedicada al pilla-pilla presupuestario es una sociedad excluyente, protectora de los instalados, de las manos muertas. A esos millones de mileuristas les va a ir peor con este Gobierno. Los jóvenes, con Zapatero, van a tener más dificultades para llegar a fin de mes y para conservar su puesto de trabajo.
Y, ¿entonces esa pequeña horterada de entrar en el récord Guines y de copar titulares de El País y El Mundo, haciendo horas extras a ver quién es más oficialista? Con todo el respeto a la persona, eso siempre por delante, Bibiana Aído no es un ejemplo de esfuerzo, ni un paradigma del spain way of life. O sí. La hija del alcalde de Alcalá de los Gazules es una cachorra de una casta parasitaria de políticos profesionales dedicados a vivir a costa de los demás, ya sea a propósito de la igualdad en la miseria o del flamenco. Como Leyre Pajín es otra cachorra del sistema. No son ejemplos de una sociedad abierta, ni de una carrera abierta a los talentos, sino de una sociedad excluyente, vástagos de aristocracias de políticos profesionales. Son las hijas de... El nuevo tipo de enchufe que pasa por las juventudes partidarias.
Esos titulares, esas fotos zapateriles son engaño de guardería, insulto a la inteligencia, broma macabra. Hirientes suenan las sonrisas de las francachelas de los pijoprogres tan encantadas de haberse conocido.
En realidad, los y las jóvenes españolas que no sean hijos o hijas de un alcalde socialista con posibles –miembras de un clan de la casta- los van a tener mucho peor con Zapatero y con Bibiana.
Más que un Ministerio de Igualdad –entre el totalitarismo y el despilfarro-, hay todo un Gobierno de Igualdad...en la miseria.

jueves, 17 de abril de 2008

Gobierno contra las mujeres o paridad de paro

Lo enervante de este Gobierno más allá de su ineptitud, más allá de su inconsistencia, es su pérdida del sentido de la realidad acompañada de su intrínseca mentira, todo ello al servicio del expolio de las clases medias y el objetivo de conseguir la igualdad en la miseria.
Esta insufrible casta parasitaria pijoprogre, tan pagada de sí misma, tan pretendidamente moderna, tan rancia, en el fondo, se engaña a sí misma y pretende engañarnos a todos, en grosero insulto a la inteligencia, en oneroso lastre a las economías familiares y de las empresas. Crear, en tiempos de crisis, un Ministerio más, cuando sobran la mitad, y me quedo corto, es un latrocinio, una canallada económica. Pretender que un Ministerio pueda ser innovador es una broma macabra. Pero incluso estas estulticias de los manirrotos y despilfarradores palidecen al lado del hiriente márketing de beatería progresista de pastaflora.
La idea de que este Gobierno dignifica a las mujeres, de que Carme Chacón –tan nacionalista ella cuando toca- es paradigma de la fusión de las Fuerzas Armadas con la sociedad, de la integración de la mujer en ellas, y aún más de que el Gobierno ultraparitario muestra que las mujeres están preparadas para asumir las mayores responsabilidades, es una engañifa de guardería. Es un insulto a las mujeres, y a los varones. Por supuesto que las mujeres o cada mujer concreta está preparada para asumir responsabilidades es una evidencia histórica anterior a Zapatero. Pero la cuestión es que en términos de realidad, lo que está haciendo este Gobierno es impedir el acceso de las mujeres al mercado de trabajo, lo que está haciendo es llevarlas al paro. El horizonte que dibuja para las mujeres es de auténtico descalabro. Cada vez tendrán más dificultades para mantener su puesto de trabajo y para colocarse. En los cinco últimos meses, decenas de miles de mujeres han perdido su empleo y han pasado a engrosar las listas del paro.
Dejo al margen el hecho terrible de que desde que gobierna Zapatero las muertes de mujeres por violencia doméstica no ha hecho otra cosa que crecer, aunque hayan pasado a mejor vida en medio de toneladas de retórica y de fuertes dispendios de propaganda. El Gobierno no es culpable de esas muertes, aunque, sin duda, tiene responsabilidad en ese desastre colectivo.
Quien hace más por las mujeres es quien crea más empleo, no quien las lleva al paro y la ruina; quien abre más posibilidades de oportunidades no quien engaña con cuotas que llevan a las listas del paro. Las mujeres reales están peor con Zapatero, pueden mostrar menos sus capacidades, sufren más para llegar a fin de mes o solas o en familia. Y sus padecimientos vienen de un modelo insostenible de despilfarro, pilla-pilla presupuestario y expoliación de las clases medias.
Todo el respeto personal a las ministras, a todas, mientras no se demuestre lo contrario, pero, en conjunto, como Gobierno, no representan otra cosa que una pantomima. Son las mujeres cuota de una casta parasitaria, dispuesta a conseguir que la igualdad sea –ha dicho la más joven- el principal valor de la democracia. Igualdad en la miseria. A eso vamos. A eso nos llevan, en la mejor tradición socialista.
Desde aquí todo mi respeto y mi homenaje a cuantas mujeres han optado libre y responsablemente por la dedicación plena a sus hogares y sus familias. Ellas cada día demuestran estar dotadas de capacidad para el puesto de mayor responsabilidad. Respeto y homenaje que extiendo, sincera y gustosamente, a Sonsoles Espinosa.

martes, 15 de abril de 2008

El insufrible agravio del agua

Me dice un oyente de A Fondo, miembro de las sufridas y expoliadas clases medias, que aceptando que se trata de una captación temporal de agua del Ebro, para Barcelona, cosa a la que nadie se opone, faltaría, ya es cuestión de hacer otra captación temporal de agua para la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. Considera –con ironía- que es muy lógico haber rechazado los treinta mil millones de euros de la Unión Europea para trasvases, pues los trasvases son malos, ya que lo bueno son las captaciones temporales. Como también es muy lógico que se vierta el agua dulce al mar para que se sale suficientemente, de modo que después se la desale con las desaladoras que puso en marcha el PP y llevar el agua en barco desde Almería a Barcelona.
Dejo la ironía, para entrar en serio: por mucho que se pretenda no hay ningún sentimiento anticalatán. Ojalá Cataluña retornará a ser la sociedad liberal en la que se miraba el resto de España, y no esta sociedad atenazada por los complejos nacionalistas. Todo el derecho tienen los barceloneses a que se resuelva su acuciante problema de agua. Pero es obvio que se mentía y se actuaba bajo el impulso del más reaccionario egoísmo subvencionado cuando se rechazaba el Plan Hidrológico Nacional en nombre del Delta del Ebro.
Los ciudadanos de la Comunidad Valenciana y de Murcia y de Almería tienen derecho al agua de todos los españoles. Lo que se está haciendo representa un agravio claro. La diputada por Valencia, María Teresa Fernández de la Vega debería ser la primera en protestar. Desde aquí todo mi apoyo a Francisco Camps en su gallarda postura y a cuantas convocatorias de protesta se convoquen. No se oye a los ecologistas subvencionados o no tanto como se les escuchó antes. También debería protestar el presidente del Gobierno autónomo de Aragón, quien, en nombre de la demagogia, ha dejado a buena parte de su territorio sin regadíos ni abastecimiento regular de agua potable.
Es preciso retornar al Plan Hidrológico Nacional, uno de los grandes aciertos del PP, del que Rajoy debe enorgullecerse y reivindicar.
No existen las captaciones temporales de agua. En mi pueblo, se llaman trasvases. Una de las formas de mentira más indignantes de este Gobierno es la permanente utilización del subterfugio, el eufemismo y el circunloquio. Es decir, de la tomadura de pelo y de la ineficacia.
Gobierno ineficaz y despilfarrador. Pura expoliación de las clases medias.

Ni eficaz ni, mucho menos, austero

María Teresa Fernández de la Vega ha dicho que éste será un gobierno “eficaz y austero”. Eficaz ya sabemos que no. Lo podemos dar por supuesto. Muchos llevan cuatro años, empezando por ella y el presidente. De la austeridad en mi pueblo tenemos una idea bien distinta a la de los socialistas, esos maestros compulsivos de la expoliación de las clases medias. Un ministerio más y siete secretarías de Estado más es un Gobierno expansivo, manirroto y despilfarrador. De ahí abajo, direcciones generales, subdirecciones y coches oficiales. Al ciudadano puede resultarle difícil identificar ese gasto con sus propias dificultades para llegar a fin de mes, pero todos esos sueldos, todo ese gasto sale del bolsillo de los contribuyentes, cae sobre las espaldas de las clases medias, que cotizan mucho más que el 1% de la ministra de Educación. Con el dinero de otros hacen fiesta los devotos y las devotas...socialistas. Nos igualan en la miseria, mientras ellos se lo montan a nuestra costa.

lunes, 14 de abril de 2008

Innovación, cambio climático, igualdad o el principio del fin

Aunque Zapatero –conviene insistir- no es la causa de nuestros males, sino su efecto, se muestra siempre bien dispuesto a agravarlos. Más dado al márketing que a la gestión, carece del armazón ideológico –está en las antípodas- para afrontar una crisis de modelo, pues para salir de ella hay que erradicar la depredación socialista. En su técnica habitual de trocar el sentido de las palabras, de cara a su segunda legislatura, ha presentado como plan de choque lo que no es más que el plan de cheques esgrimido durante la campaña electoral, dirigido a la simple y obscena compraventa del voto. Ni reforma fiscal que libere presión sobre las clases medias, ni que ayude a las pequeñas y medianas empresas –principales creadoras de empleo- a sobrellevar la crisis. Ni liberalización del suelo para permitir el ajuste de las empresas inmobiliarias y abaratar precios de una manera real, con referencia al mercado. El socialismo no es otra cosa que el problema. Un muerto viviente que es preciso enterrar.
Ni tan siquiera el plan de cheque constituye un parche, pues tal denominación sugiere paliativo, sino la marcha por la dirección equivocada, la administración a la economía enferma de nuevas y crecientes sangrías de gasto público. El Gobierno se engaña a sí mismo y trata de engañar a una opinión pública desprotegida cuando pretende recolocar a los parados de la construcción. Tal cuestión no está entre sus posibilidades. Eso no es ni tan siquiera la fatal arrogancia socialista que denunciara Friedrich Hayek, es ya la estricta estupidez. Por la senda de la mentira se terminarán generando limbos en los que difuminar y esconder la realidad, hasta que la factura sea demasiado abultada.
Sería precisa una política audaz de liberalizaciones, una política responsable y directa de reducción del gasto público, empezando por el gasto corriente y por las líneas de subvención a las castas parasitarias. Es imprescindible abaratar la energía y combatir la inflación mediante desregulaciones, liberalización de horarios comerciales y, por supuesto, renunciando a toda subvención o imposición de cuotas a los biocombustibles.
Hay que constatar que el Gobierno socialista carece de los mimbres de análisis para entender la realidad, cegado por anteojeras ideológicas que parecen conducirle a una huida hacia delante, que ahora más grave la crisis, de lo que conllevaría el contexto internacional y el frenazo de la construcción, y someterá a tensiones muy fuertes a las empresas y a las economías familiares.
Nada nuevo bajo el sol, el socialismo es una ideología muerta, una antigüalla, contrario al progreso y las bases morales de la sociedad abierta. Sólo puede generar miseria y conflicto social. Zapatero sólo añade un plus de mindundismo y de inutilidad. Su discurso en el debate de investidura fue una apuesta tan decidida como irresponsable por el desastre sin paliativos. Zapatero no es el presidente que nos merecemos, será el que se merezcan los que han votado por el partido socialista. Sangre, sudor y lágrimas es lo que les espera a las clases medias esta legislatura. ¿Podrán resistir? ¿Sabrán movilizarse? ¿Quedaremos prisioneros en la retórica vacua de un populismo barato? ¿Cómo se organizarán esas clases medias para romper este nefando e inmoral sistema de expoliación?
Frente a una crisis de modelo, Zapatero, atrapado en sus radicalismos de sonrisa fácil, sitúa como las prioridades de su Gobierno “innovación, cambio climático e igualdad”. Pérdida completa del sentido de la realidad, sin abandonar la afición compulsiva a los titulares de historia menuda: ‘la primera mujer al frente del Ministerio de Defensa’, ‘el primer Gobierno con más mujeres que varones’. Más allá, pues, de la democracia paritaria propugnada por un partido socialista que ha encontrado refugio en el feminismo radical. El sistema de cuotas, por de pronto, prima la mediocridad frente al mérito, y de ello es muestra el continuismo patente en el ejecutivo, con abjuración del sentido de responsabilidad, pues se mantiene en el cargo a varones y mujeres con claras deficiencias en la gestión. Pero, a la postre, da lo mismo los porcentajes de género si lo que se esconde es la depredación de los sectores productivos. Un Gobierno formado sólo por mujeres dedicado a consumir tejido productivo es un enemigo de las clases medias, lo mismo que si estuviera formado sólo por varones. Y los porcentajes de unos y otros son anécdota, al lado de la categoría: el Gobierno socialista se basa en la expoliación de las clases medias. Ese es su objetivo. Esa es su esencia. Y eso perjudica tanto a las mujeres como a los varones, al margen de los titulares, flor de un día.
El que en un sistema que, supuestamente, ha hecho una apuesta durante más de tres décadas por la descentralización –supuestamente, pues se han creado diecisiete nuevos centralismos- haya cada vez más ministerios no es una paradoja, ni una tomadura de pelo, que también; responde a la lógica expansiva de la depredación de la burocracia politizada. Recordemos la medida política italiana, adoptada por la izquierda, de reducir, por ley, a doce el número de ministerios, antes de escandalizarnos ante el hecho de que se eleve a diecisiete el número de ministerios. Se mantiene el de Vivienda, cuya falta de competencias lo convierte en inservible, incluso antes que en indeseable. Nada hay más antitético que Gobierno, burocracia e ‘innovación’. Crear un Ministerio de ‘innovación’ es una contradicción en los términos. Recurso semántico que hubiera encandilado a George Orwell, pero que debería escandalizar a los ciudadanos como agresivo insulto a la inteligencia. Para innovar lo que se precisan son menos ministerios, menos trabas burocráticas, menos regulaciones, menos gasto público, menos impuestos.
“Innovación, cambio climático e igualdad”, como prioridades de Zapatero, indican un Gobierno a la deriva. De los más de seis mil millones de habitantes del planeta; sólo los gobiernos de cuatrocientos cincuenta millones han firmado Kyoto, y de ellos sólo sesenta y seis millones pagan facturas en el mercado de la contaminación, de los cuales cuarenta y dos millones son los ciudadanos españoles. Innovación y Ministerio, antinomia; cambio climático, dogma ecologista, ampliamente cuestionado, con cada vez más voces sugiriendo que vamos hacia una nueva glaciación; por ahora, estafa, coartada del pilla-pilla presupuestario en gran escala; energía cara, moratoria nuclear y despilfarro de dinero a favor de las manos muertas de lo verde.
Mas donde se da el paso hacia las lindes de lo totalitario es en la introducción como objetivo de la igualdad, concepción tardocomunista tamizada, por ahora, de ideología de género. Al fin y al cabo, el mismo programa electoral socialista indica que “el principal rasgo identificativo del Partido Socialista es la igualdad”. Algo que hubieran firmado Lenin, Stalin, Mao, Pol Pot y, por supuesto, Castro y Chávez. Las mujeres han devenido en el nuevo proletariado, junto a gays, lesbianas y transexuales. Lo que se pretende es la creación un cuerpo de comisarios políticos –más bien comisarias, se supone-, seguramente con carnet socialista, con amplia capacidad para intervenir en las empresas y en la vida de las personas. El programa electoral socialista planteaba generar una Agencia especial para esa nueva inquisición de género, que podrá inspeccionar las empresas y multarlas si no cumplen requisitos paritarios en sus Consejos de Administración, en sus órganos directivos y en sus plantillas. Para ello, “se ampliarán los recursos destinados a la Inspección de Trabajo” y se diseñarán “Unidades de igualdad en todos los Ministerios e instituciones públicas”. También “Unidades de Igualdad dentro del Consejo de Redacción de los medios públicos y promover los mismos en los medios privados”. Más gasto público. Más expoliación de los varones y mujeres reales. Con el dinero de otros hacen fiesta los devotos y las devotas socialistas.
Todo facilidades, por ejemplo, para una multinacional que piense instalarse en España, y que podrá ser multada por rotular o facturar en castellano o por no acomodarse a la paridad. Las empresas serán el primer campo de la intromisión de los nuevos clérigos devenidos en inquisidores, pero luego serán las casas, donde entrarán para inspeccionar si las tareas del hogar son compartidas o para comprobar los criterios educativos utilizados con niños y niñas respecto a la sexualidad. No es una suposición. El programa electoral socialista prevé la elaboración y puesta en marcha de un ‘Plan General de Usos del Tiempo’, porque considera que “los hombres no se incorporan de la misma manera, ni al cuidado de las personas ni a los trabajos domésticos”, por lo que es preciso “impulsar buenas prácticas”. Los nuevos inquisidores de la antigualla socialista, las manos muertas del parasitismo progre –la peor reacción que ha conocido el mundo- entran de lleno en el campo del esoterismo: habrá que “elaborar los Presupuestos Generales del Estado con perspectiva de género”. Y se llevarán a cabo Planes de Inserción Laboral y Fomento del Empleo especiales para transexuales. Cuando se empieza por la pendiente de la intervención no hay límite hasta superar las lindes del totalitarismo.
Así lo entendieron los ciudadanos en los Estados Unidos. Congreso y Senado aprobaron, en los años setenta del siglo pasado, por abrumadora mayoría, sin casi oposición, incluir con rango de enmienda constitucional la igualdad entre el varón y la mujer. Los trámites precisos exigen el refrendo en un porcentaje de estados de la Unión. Se dio por supuesto que nadie se iba a oponer. Ninguno de los grandes medios de comunicación hizo la más mínima crítica. Pero una mujer, que editaba un boletín con unos miles de suscriptores, dio la voz de alarma. Explicó que tras la aparente buena intención del genérico principio se concedía al Gobierno una amplia discrecionalidad para intervenir en la sociedad y en la vida de las personas. Entendía que los ciudadanos debían oponerse. Sólo llegó a celebrarse referéndum en un Estado pues aquello que habían aprobado los políticos con unánime respaldo fue derrotado en las urnas. La igualdad entre el varón y la mujer quedó arrumbado como principio constitucional.
Por el contrario en España. Zapatero se muestra dispuesto a intervenir en la vida de las empresas, porque aún es pequeño el porcentaje de mujeres directivas, seguramente porque, entre otras cosas, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo es un proceso reciente. “Espero estos cuatro años sean el principio del fin”. O es el principio del fin del socialismo, o lo será de la sociedad española, dentro de la crisis planetaria.

sábado, 12 de abril de 2008

El grito de la rebelión y ‘El manifiesto de las clases medias’ (IV)

Nos encaminamos a una crisis económica que puede conducir a una crisis de civilización. Esa situación va a exigir la concienciación de las clases medias –etapa en la que nos encontramos- y la ulterior movilización. Esta es la crisis que avizoré y de la que avisé en ‘El manifiesto de las clases medias’ (Editorial Rambla). Reproduzco la cuarta, y última toma, del último capítulo, titulado ‘El grito de la rebelión’, en el que se incluyen doce medidas regeneradoras:


Las clases medias sólo pueden confiar en sí mismas. El grito de rebelión está latente por todas partes. Ni la buena educación, ni los argumentos racionales han servido. Al contrario, la situación no hace otra cosa que deteriorarse. Es preciso hoy el grito del resentimiento frente a la injusticia y la depredación institucionalizadas. Sólo así será posible la ruptura radical con el estatismo y la puesta en marcha imparable de la revolución planetaria liberalizadora. Las clases medias, desde su rearme moral, han de ocupar su sitio en la sociedad civil, desalojando a los grupos de presión parasitarios. Han de dejar de financiar a los medios de comunicación que las agreden o las adormecen. No pueden ceder la educación de hijos y nietos al Estado y las castas depredadoras. Las nuevas tecnologías han venido en socorro de las clases medias. Éstas no han de temer a las descalificaciones ni a las etiquetas. Derecha e izquierda son términos geométricos sin significado alguno, en la depredación común. No hay tiempo que perder. Tomar conciencia de la situación es el primer paso para el cambio, es abrir la senda liberadora, es haber empezado a cambiar. Es preciso, es urgente, es imprescindible evitar que el Estado siga siendo el instrumento de la explotación de la mayoría de la sociedad por minorías parasitarias. Las clases medias son la mayoría y pueden y deben ejercer su poder como tal.
Para ello es necesario una serie de medidas, tras la toma democrática del poder, sin ceder ante resistencias, ni pactar con quienes se han acostumbrado a exhibir su capacidad de chantaje. En las sociedades abiertas esas medidas mínimas aplicables son:
1. Erradicación del totalitarismo educativo mediante la puesta inmediata del cheque escolar a las familias.
2. Prohibición legal de todo impuesto progresivo.
3. Abolición de toda penalización al derecho de herencia.
4. Supresión de la financiación estatal a partidos, sindicatos, patronales y cualquier otra organización social.
5. Supresión de toda subvención a fundaciones y las llamadas organizaciones no gubernamentales.
6. Supresión de toda subvención al cine y a cualquier actividad de las denominadas culturales.
7. Constitucionalización del equilibro cero, sin excepción, para cualquier institución política de ámbito local, regional o nacional.
8. Drástica reducción a la mitad del sector político y eliminación de cualquier privilegio de carácter funcionarial.
9. Privatización de las empresas estatales y persecución de los oligopolios.
10. Supresión de las ayudas a agricultura, pesca y ganadería.
11. Supresión de los trasvases de fondos de Gobierno a Gobierno: las ayudas denominadas de cooperación al desarrollo
12. Eliminación del sistema de concesión administrativa en el ámbito de los medios de comunicación.

La adopción de estas medidas eliminará las clases parasitarias, erradicándolas para el futuro, eliminando la explotación mediante la utilización del poder coercitivo del Estado. En vez de la parálisis y la indefensión provocadas por las manos muertas, se abrirá una nueva etapa de dinamismo social y de libertad personal, en la que, de verdad, sin falsedades ni manipulaciones, el libre desarrollo de cada uno será la condición del despliegue de las capacidades de todos.

viernes, 11 de abril de 2008

Muerte de doña María de Manrique

En el difícil período entre la derrota cristiana en Alarcos y la victoria de Las Navas, se produjo un notable escándalo por la fuga amorosa con un herrero de la segunda mujer del reino, doña María de Manrique, esposa del señor de Vizcaya, don Diego López de Haro. Reproduzco la recreación literaria que hago en mi novela histórica 'Héroes' (Ediciones Martínez Roca) del ajusticimiento del amante, la muerte de doña María de Manrique y el anuncio de lo que sería su peculiar enterramiento.

- Te he traído al lugar donde has mancillado mi nombre y lo has arrastrado por el lodo de tu lascivia.
Doña María trató de arreglarse el cabello, para recuperar su porte.
- Poco te significo, lo único que siempre te ha importado ha sido tu orgullo.
- Un hombre sin honor no es nada –sentenció don Diego. Y, por decirlo suavemente, me has puesto los cuernos más grandes de Castilla.
- No te sienta bien ese lenguaje arrabalero.
- ¡Peor me sientan tus cuernos!
- ¿Qué le vas a hacer a él?
- Lástima de coraje desperdiciado. Buen soldado, si no hubiera malgastado sus fuerzas desfogándose en la heredad de otro. Mas es mejor que te preocupes por tí.
- Te cuidarás de ponerme la mano o tocarme un solo pelo de mi cabello –amenazó doña María, recuperando su fuero señorial. Mi familia –tenlo por seguro- te lo haría pagar muy caro.
Don Diego soltó una ruidosa carcajada.
- Tú querida familia...
- Ante la que te arrastraste como un advenedizo para emparentar.
- Tu familia, los Lara...
- La de más recio abolengo del reino.
- ¡Deja de interrumpirme, puta!
- No te empeñes, ese lenguaje no te va. No consigues ofenderme.
- Tus hermanos, conocedores de tu fragilidad y avergonzados de tus desvaríos, han sido informados, paso a paso, de lo que ha de hacerse y están conformes en todo. Quieren que, a toda costa, se evite más escándalo. Así que las únicas condiciones puestas han sido que tu funeral sea público con exequias como corresponden a tu rango, y que seas enterrada en Santa María de Huerta, como es tradición de tu estirpe.
- Allí descansan mi padre y mi madre.
- Dios, en su infinita misericordia, les ha evitado ver el oprobio de su hija.
- Me das por muerta.
- Ahí está la copa con la cicuta. Espero que la bebas cuanto antes.
- No quiero morir.
- Es demasiado tarde y has ido demasiado lejos.
- ¿Acaso no valdría con encerrarme de por vida en un convento para hacer penitencia?
- La única válida, a estas alturas, es tu muerte.
- No beberé.
- Beberás. Ya lo creo que beberás. Como te decía, una vez que hayas bebido, serás embalsamada y llevado en precioso catafalco, con terciopelos negros, a Santa María de Huerta. Allí serás velada y se harán generosas donaciones y se dotará a doncellas huérfanas. Oficiará el abad mitrado y asistirán los ricos hombres del reino, las damas de alcurnia, obispos y abadesas y, por supuesto, tus hermanos al frente de tu compungida parentela.
- No me lo perderé.
- Ese capricho estoy en condiciones de concedértelo. De hecho, he mandado ya hacer, y en ello se afanan los canteros, tu efigie en relieve de alabastro para la laude de tu tumba.
- Has pensado en todos los detalles.
- Como ves, me voy a gastar una fortuna. La ocasión lo merece. Procuraré soltar una lágrima. Tendré que ensayar. No estoy acostumbrado.
- ¡Hipócrita!
- Bueno, te complaceré. Seré yo mismo. Todos se extrañarán y alabarán mi completa entereza. La procesión irá por dentro. ¿Te parece mejor?
- Más vale así. Por el honor de los Haro...
- No serás enterrada en el interior de la Iglesia, para que no mancilles lugar sagrado, ni tu putrefacción ensucie los restos de tus padres. Tu tumba estará expuesta a la entrada, extramuros. Se predicará que, por humildad, así lo has dispuesto tú misma, como se pondrán en tu lápida, pues, de esa manera, cada vez que entre o salga un feligrés de la Casa de Dios, por fuerza, tendrá que pisar tu efigie. Es la penitencia que, para el más acá, te he impuesto por siempre jamás. Lamento no tener fuero en el más allá para perseguirte. Ahora que lo sabes todo, apura la copa y acabemos.
- No beberé.
- ¡Beberás!
- Tendrás que apuñalarme, o llamar al verdugo para que me corte la cabeza o me ahorque. Mas ¿cómo explicarás a las buenas gentes de Castilla, tan puntillosas, el aspecto tumefacto de mis restos? Tendrías que enterrarme de tapadillo, pues no podrías organizar mi velatorio. No estaría decorosa.
- Tu belleza ha de resplandecer y con tu palidez cerulea has de enternecer hasta que los mismos llantos de las plañideras suenen sinceros. Por eso, beberás.
- Estás muy seguro de ello.
- He preparado para tí un espectáculo que te hará entrar en razón.
- ¿Qué le vas a hacer a él?
- Debería haber empezado ya –indicó don Diego, sin atender a la angustiada pregunta de doña María.
Un grito desgarrado hizo vibrar las vidrieras de los ventanales.
- Por fin ha dado inicio. Si que tiene aguante y coraje tu joven amante.
Doña María de Manrique se abalanzó sobre el ventanal, lo abrió de par en par. No pudo reprimir, ante lo que estaba viendo, un grito de horror y compasión, que trató de apagar llevándose las palmas de la mano a la boca.
Herminio estaba atado, en aspa, por muñecas y tobillos, descoyuntándose. Unos sayones le habían hecho cortes en vientre y espalda, y le estaban quitando la piel a tiras. El cuerpo del tostadinho era mancha de sangre en carne viva. Herminio la miró con ojos desvaídos de amor sufriente. Dolor añadido para doña María fue contemplar que su hijo don Lope dirigía el tormento.
- ¡Para ese suplicio! –bramó impotente doña María.
- Ya veo cuanto le quieres. Por eso no te negarás a beber.
Beberé si paras esa atrocidad. No es digna ni de ti.

martes, 8 de abril de 2008

Desgobierno con asignaturas pendientes

Mientras algunos liberales a la egipcia hacen horas extra en su empeño en dividir al PP, lo que tiene España es un déficit galopante de gestión y asignaturas pendientes, y no, desde luego, marías.
Estamos perdiendo el futuro, aunque se nos distrae, a derecha, izquierda y centro reformista, bastante con fulanismos. Ni nos presentamos a la decisiva asignatura energética. Al contrario, vamos cediendo a que otros se ocupen por nosotros.
Rechazamos los transgénicos en aras de los tópicos ecosubvencionados que nos asuelan.

Pero, sin duda, en la más decisiva de las asignaturas, como es la del agua, es donde estamos peor. Los cuatro años de la legislatura anterior no pueden calificarse de perdidos, sino de algo peor: de regresivos. Con el agua que ha vertido el Ebro al mar en los últimos cuatro años, Cataluña hubiera tenido agua garantizada para un siglo. El dato es altamente significativo del absurdo en el que nos encontramos y que vamos a pagar muy caro: a 8 euros el metro cúbico los ciudadanos de Barcelona.
Aprobado el Plan Hidrológico Nacional, con financiación prevista de la Unión Europea, el Gobierno, con indudables presiones sociales suicidas, decidió dejar perderse ese dinero y prometió conseguir agua más barata, a través de las desaladoras. El rechazo del Plan Hidrológico estaba basado en el histérico y demagógico veto de las izquierdas aragonesas y catalanas que pusieron en circulación un principio céltica y prehistórico: la sacralidad del agua, revestida de la unidad de cuenca, sin tener en cuenta que el principio rector debería ser la necesidad de los humanos. Criterio alejado de la racionalidad e incluso del interés, con aquel recurso demagógico al riego de los campos de golf. Esa agua era fundamental para mantener un sector turístico competivivo, lo que ahora no es vital como el comer, y que hubiera redundado en el beneficio de Aragón y de Cataluña, porque, en los tiempos actuales, de comunicaciones fluidas y fronteras abiertas, todos estamos interrelacionados y en la Comunidad Valenciana y Murcia se consumen productos de Aragón y Cataluña.
Lo cierto es que el Gobierno cifró en 600 hectómetros cúbicos el agua que obtendría a través de desaladoras. Sin embargo, sólo ha conseguido llegar a una producción que oscila entre los 10 y los 12 hectómetros cúbicos, buena parte de ellos de la desaladora de Murcia ya licitada en tiempos del Gobierno del PP. La cuestión es que el Gobierno de Zapatero no ha licitado ninguna de las desaladoras que prometió. Y no es baladí el dato de que desde que se licita una desaladora hasta que está en producción pasan un mínimo de 6 o 7 años. Es decir, que aunque mañana mismo salieran los concursos en el BOE no habría desaladoras hasta bastante medio plazo para un problema tan acuciante.
Hemos de alegrarnos de que esta semana se prevea lluviosa pues hemos pasado a depender de la naturaleza. No se construyen pantanos porque se supone que eso es rememorar a Franco. Tampoco ha habido previsión ni celeridad a la hora de poner en marcha las desaladoras, de costosa producción y más aún de mantenimiento, pues la vida de su maquinaria es corta y, además, son altamente contaminantes para la posidonia del Mar Mediterráneo.
Al final, la Expo del Agua se inunda y Cataluña no tiene asegurado el suministro, ni más ni menos, que de la ciudad de Barcelona. La cuestión es que año tras año esto va a ir a peor, porque se está haciendo muy poco, salvo el habitual recurso gubernamental a la retórica y el abuso de la obviedad con exhibición de abrumadoras buenas intenciones. Pero Gobernar no es cantar nanas para los serviles, ni elaborar consignas para los serviles, es, sobre todo, gestionar, prever y ejecutar en lo que es propio del Estado, como es el caso de las infraestructuras. Y en ese examen no es que se suspenda es que, convocatoria tras convocatoria, hay que estampar en la casilla: no presentado. Como he señalado, aunque el Gobierno empezara a hacer ya los deberes tardaría siete años en poder pasa el examen. Y empezar, no ha empezado. Pero ya lo ha dicho la vicepresidenta del Gobierno: “los ciudadanos de Barcelona pueden estar tranquilos”. Con este Gobierno, tranquilo no puede estar nadie. Nos van a matar de sed.

domingo, 6 de abril de 2008

La novela de Las Navas

Buscando en google he dado con esta reseña sobre 'Héroes' publicada en la web Historias de la Historia. He de reconocer que me ha encantado y animado a reemprender la tarea de escribir la siguiente novela:

Acabo de terminar “Héroes” la novela histórica de Enrique de Diego. Reconozco que me costó engancharme (me parecía otra novela más de la Reconquista y culminada con las Navas de Tolosa), pero después de reposar los primeros capítulos decidí darle una segunda oportunidad. Y la conclusión final es que no es una novela más, si no “la novela de las Navas de Tolosa”.
Lo que empieza como las aventuras y desventuras de 4 jóvenes que huyen de su tierra (Monterroso) por un crimen, rápidamente se desgaja en 4 caminos diferentes. Los 4 protagonistas pasan a secundarios (incluso alguno desaparece), cuando lo crees olvidados, vuelven a aparecer. Siendo sincero, al comienzo de la lectura, pensé que la línea de la novela era muy previsible: 4 amigos huyen, se separan sus caminos y vuelven a reunirse para salir triunfantes en la batalla final de las Navas, pero, gracias a Dios, fallé. Desde que se separan los 4 amigos hasta la batalla final, aparecen más de 120 personajes, cada uno con sus venturas y desventuras.
Enrique concede un protagonismo especial a Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, y a Fernando, hijo de Alfonso VIII, en la lucha por conseguir del Papa la proclamación de Cruzada. Hay un pasaje, para mi especial, cuando Jiménez de Rada arenga a los cristianos en la recuperación del sentimiento nacional y la memoria histórica de los godos que nos remonta 500 años atrás que me pone la carne de gallina (parece un político en precampaña). Recupera el protagonismo de las Órdenes Militares (Temple y Calatrava).
Se palpa la preocupación de los judíos de Toledo por la llegada de los ultramontanos, ya que ellos no entienden la coexistencia de las tres culturas (algún día hablaremos de la coexistencia, convivencia, etc) y las de los andalusíes por los almohades, que perderán todo (aunque sean también musulmanes) y serán utilizados como carne de cañón en la vanguardia.
Hay detalles que desconocía, como la infidelidad de la esposa de López de Haro (señor de Vizcaya) con un herrero.
Uno de los cuatro amigos, desaparecido de la novela, reaparece para ayudar a cruzar Despeñaperros a la hueste cristiana cuando estaba casi perdida. Se dice que fue San Isidro, un pastor, un ermitaño, pues no, fue Luciano “el gafe” (jejejeje).
Si hay que poner un pero (¿por qué hay que ponerlo?), sería que en la batalla final de las Navas podría haberse recreado un poco más. Es más espectacular la refriega del Temple, ayudados por los calatravos, con una avanzadilla alhomade.
Mi valoración: cómprala, empieza con calma su lectura y luego devórala.
Nota para el autor: Enrique espero que sigas tratando este género, que personalmente me apasiona, y que estés trabajando ya en la próxima. Te lo exigimos desde Historias de la Historia.

sábado, 5 de abril de 2008

PP: Renovación de los conspiranoicos

No puede por menos que satisfacerme y alegrarme que la renovación en marcha del Partido Popular represente una depuración del error de la teoría de la conspiración sobre el 11-M, cuyos entresijos político-mediáticos he descrito y desentrañado en mi libro “Conspiranoia. De cómo El Mundo y la COPE mintieron y manipularon sobre el 11-M”. Quienes se implicaron de manera más palmaria están desapareciendo de la vida pública. Es el caso de Alicia Castro, la exdiputada que firmó las delirantes trescientas cincuenta preguntas parlamentarias, en las que el PP llegó a preguntar quién había dado la orden de asaltar el piso de Leganés, cuando, obviamente, había sido la cadena de mando del Ministerio del Interior del PP, con Ángel Acebes a la cabeza. El caso también de Jaime Ignacio del Burgo, del que por respeto a su trayectoria en otros temas, prefiero no hacer comentario. Eduardo Zaplana que ha tenido una legislatura vergonzosa, como el vocero de la conspiranoia. Agustín Díaz de Mera está quemado y Ángel Acebes es una notoria rémora para el PP. Esa absurda e injuriosa fabulación, que en ningún caso puede ampararse en la libertad de expresión, sino en la más estricta arrogante irresponsabilidad, está pasando una lenta pero segura factura a quienes la difundieron, la dieron alas o la promovieron. El descrédito va llegando a los gurúes, a Losantos –que pidió que soltaran a Zougham y a todos los terroristas islamistas- y a Pedro Jota que saldrán más pronto que tarde por el sumidero de la historia, por haber perpetrado la página más negra del periodismo español y la más estúpida de la política, pues hemos llegado a ver a políticos cuestionando su propia labor investigadora. Esa historia de la ‘Conspiranoia’ muestra que la dirección del PP no ha estado en Génova, sino en los despachos de algunos medios, y que Mariano Rajoy no ha contado con un equipo propio, porque Rajoy siempre ha sido más prudente que sus más directos colaboradores, que parecían jugar en su contra, quizás pensando en una sucesión anunciada que, por ahora, no tendrá lugar. El tiempo pone a cada uno en su sitio y a todos los denunciados en ‘Conspiranoia’ los está poniendo en el desmerecido que se merecen. Así que, lo dicho, no puedo por menos que estar satisfecho y alegrarme por la regeneradora renovación en marcha. Pero ha llegado el momento de que el PP deje de reír las bromas macabras de los dos mercantilistas de la COPE y El Mundo. Atrévanse a leer ‘Conspiranoia’. Contrasten como todo ha sido una fabulación mentirosa. Comprueben como Pedro Jota se lanzó a la piscina de la mentira cuando no le dieron una televisión analógica. Lean como Losantos se pavoneó de que era una buena técnica para vender periódicos. Atrévanse a leer ‘Conspiranoia’ y a ilustrarse sobre cómo han utilizado a las víctimas y la masacre de Atocha para desprestigiar a los competidores, como a Zarzalejos, un periodista ética y un hombre honrado. Infórmense de cómo con tortuosas artimañas han intentado poner al PP a su dictado y a su servicio. De cómo acusaron a todos los policías españoles –con el respaldo de la Confederación Española de Policía, por cierto- de ser unos asesinos.

Desde Nuestra Señora de la Sierra, camino de Las Navas

Castilla, reino de frontera, con sus caballeros villanos, configuró un caso único de hombres libres en la Cristiandad. En el siguiente extracto de mi novela histórica ‘Héroes’ (Editorial Martínez Roca), la hueste de los pueblos de la Somosierra segoviana se ponen en marcha, tras ser bendecidos por la Virgen de la Sierra del cenobio cisterciense sito en Collado Hermoso, para acudir a la concentración en Toledo de la expedición que concluirá en la victoria de Las Navas de Tolosa.

Tenía los ojos grandes y morenos como Araceli; de sus pupilas emanaba una viveza intensa y profunda, un sentido maternal de protección; de su rostro afable surgía una inmensa ternura. Aunque tenía un porte aristocrático, sus carrillos se le sonrojaban como a las mujeres serranas. Higinio tenía clavados en ella los ojos suplicantes. Sus labios se movieron al compás de la oración: Ave Maria, gratia plena....
Cuando llegó el heraldo real, las aldeas de la frontera media recibieron la convocatoria al fonsado con fortaleza serena, como un deber inevitable. En su calidad de alcaide. Higinio hubo de tomar las medidas pertinentes. Una parte de los hombres, los viejos, incapaces de ponerse en camino, mas aún en disposición de sostener las armas, se quedarían custodiando a las familias. Se revisaron las atalayas de media ladera y se acopiaron haces de leña para que los centinelas pudieran prender fuego a las fogatas avisando del peligro.
El mañana era incierto, el futuro estaba abierto. Una nueva derrota podía representar una catástrofe para los suyos, la ruina y el exterminio. Por ello era preciso acudir a la intercesión divina y nadie más propicia a escuchar las oraciones angustiadas de sus hijos que la Madre de Dios. De ahí que hubieran elegido como lugar de reunión de las milicias de las aldehuelas circundantes el Monasterio donde ser veneraba la Virgen de la Sierra.
En el promontorio se elevaba, como una plegaria, aquella filigrana de caliza donde los arcos se apuntaban, las columnas se elevaban esbeltas, sus capiteles estaban decorados con simples motivos florales, para evitar dar motivos a la distracción durante la cuidada liturgia, y las bóvedas parecían acoger un pedazo de cielo. Tenía el cenobio la sencillez del Císter, su sobria elegancia de oración y trabajo, y la blancura de los amaneceres serranos. Mas la paz de sus esbeltos pinos se había trocado en bullicio de feria, tumulto piadoso de peregrinación que apuntaba a determinación bélica.
Desde que duraba la memoria de los más ancianos aquellas praderas verdes y feraces, de las que se enseñoreaba la primavera con un estallido de vida, no habían conocido otra cosa que la guerra. Cuando los más viejos, al calor de la lumbre, narraban lo que habían escuchado a sus padres, y estos a los suyos, siempre habían vivido en el temor y en la contienda, rotulando los campos con la espada presta para acudir a la llamada de la campana o a la lumbre inquieta de las atalayas. Decían los ancianos que durante mucho tiempo por aquellos collados, valles y laderas no hubo más señores que las fieras. Luego cabilas bereberes, del Rif y de Yebala, se asentaron con sus rebaños, hasta que bajando de otros montes fueron llegando los cristianos. Nunca la vida les fue fácil. Muchos murieron en el empeño colonizador. Familias enteras cayeron segadas sus gargantas por el acero de las cimitarras. Muchos perecieron de hambre y frío, cercadas sus casuchas por inmisericores e inmensas nevadas. En aquellos tiempos, el aullar de las fieras desde la Peña de los Lobos se hacía amenazante y bajaban las manadas a asolar los apriscos e incluso saltaban por las techumbres de paja para satisfacer su hambre ancestral en carne humana. Detrás de unos, vinieron otros, sin que les desalentaran riesgos y penurias. Desde los montes navarros, vascos, gallegos y asturianos, impelidos por el ansia de libertad. Raro era el año que el sarraceno no aparecía en razia, al tiempo de recoger las cosechas. Y aún hubo tiempos en que, por sus muchos pecados, la protección del cielo pareció abandonarles y no se oyeron otra cosa por la frontera que llantos y lamentos. Aún temblaban las llamas de las lumbres y las voces cascadas de los viejos cuando contaban las hazañas del temible Al Mansur, quien, en dos ocasiones, asoló la Sierra, de parte a parte, derruyendo murallas, fortalezas, atalayas, iglesias y casas. Y de nuevo vinieron otros a cubrir las bajas y a levantar lo derribado. ¡Tres siglos de batallar incesante! Tres siglos de miedo e incertidumbre, sin saber qué depararía el mañana.
¡Nunca más los sarracenos hollarían aquellas tierras! Sus hijos gozarían de una paz que a ellos se les negaba. Ese fue el propósito que se hizo Higinio mientras se persignaba, al tiempo que se levantaba, para junto con otros alcaides, tomar las andas de la imagen venerada. Precedidos por un carrillón con el que, mediante una manivela, se hacía sonar una retahíla de campanas, salió la procesión por la pradera donde estaban acampadas las milicias de Collado Hermoso, Gallegos, Pelayos y La Cuesta. Aquellos rostros surcados por los fríos vientos invernales se enternecían a la vista de la imagen de la Virgen, de la que esperaban protección en la tremenda batalla hacia la que se encaminaban. Higinio vio, entre el gentío, a su padre, que le miraba orgulloso.
Por un instante cesó el canto del ciego con la zanfoña, el juglar dejó de tañer el Cantar de Mío Cid tan en boga, enmudecieron las voces de los mercaderes reclamando la atención hacia los productos de sus puestos, e incluso las baladas de los rebaños de ovejas y los mugidos de las vacas, y sólo se oyó el canto monocorde, profundo como un lago, bello como un atardecer, de los monjes blancos. Las gentes se arrodillaban al paso de la imagen e inclinaban su cabeza, ensimismándose en la plegaria, que se elevaba hacia lo alto como los troncos de los enhiestos pinos.
Cuando tras recorrer la pradera, la Virgen de la Sierra retornó a la puerta de la Iglesia, el abad elevó su mano y bendijo a la multitud arrodillada. Tras depositar la imagen en su hornacina, Higinio salió del templo con paso firme. Montó en su caballo. Afianzado sobre los estribos, echó una última mirada hacia las vegas: entre grises peñascales, destacaban los penachos cimbreantes de las alamedas desfilando por las curvas de los ríos. Había fragancias de tomillo y amplias manchas moradas de cantueso en la alfombra de humildes flores blancas y amarillas. Luego miró hacia las altas cumbres, por cuyas lomas ascendían firmes los robles con sus hojas recién renovadas, de un verde lujuriante.
- ¡En marcha! –ordenó Higinio, con el timbre seguro que todos esperaban de su alcaide.
La masa amorfa, y hasta unos instantes antes bullanguera, se puso en camino como las antiguas hordas godas, acompañada por sus rebaños.

jueves, 3 de abril de 2008

La degradación de lo liberal

El liberalismo había conseguido crédito en España. Fue la corriente central que permitió al PP conseguir el poder y la que impulsó el proceso de privatizaciones que permitió salir de la crisis de 1993. El liberalismo es hoy la solución necesaria. Lo que precisa España es una pasada por el liberalismo para poder sobrevivir a la crisis.
Pero el liberalismo se encuentra hoy desprestigiado. Ha sido llevado a una situación ridícula y mercantilista, de corrupción moral, en una degradación de liberalismo egipcio. Se ha tornado faltón, insultante y simplista. Se mueve en pautas degradadas y degradantes de filias y fobias, de puros fulanismos, de métodos estalinistas y de dialécticas amigo-enemigo que, huyendo de la realidad y aún de la funesta manía de pensar, ha proscrito el imprescindible debate de ideas. No sólo de la derrota del PP, también de este lamentable estado de cosas el culpable es Losantos, un locutor que utiliza técnicas entre tardomaoístas y de patio de colegio, con motes y dicterios puramente sectarios, sin contenido intelectual alguno. Los liberales siempre hemos criticado las ideas y hemos respetado a las personas. La degradación liberal de Losantos pasa por criticar a las personas –y aún difundir el odio hacia ellas- y abominar del debate sobre ideas. La cuestión es que ha creado escuela. Sus hooligans, en número cada vez más menguado, pululan por la red exhibiendo sus malas formas y su pésima educación, amenazando con promover campañas de descrédito y de boicot. Su periódico digital de referencia ha adquirido las trazas de un libelo, en el que las opiniones y las manías son sagradas y los hechos manipulables. Redliberal, que empezó siendo un ámbito de discusión y de divulgación de ideas, es poco menos –con algunas destacables excepciones- que un batiburrillo de toscas consignas y de groseros improperios, mera proyección de las paranoias del gurú.
Cuando el liberalismo es más necesario, cuando la crisis económica corre el riesgo de significar la quiebra del modelo económico y político, y sumirnos en una crisis civilizatoria, el liberalismo chapotea en la irracionalidad fabuladora de la conspiranoia del 11-M y se ridiculiza en pequeñas batallas de salsa rosa histérica, con trasfondo mercantilista. Lo dicho: liberalismo egipcio. Patrañas insustanciales de derecha pagana.

miércoles, 2 de abril de 2008

El grito de la rebelión y ‘El manifiesto de las clases medias’ (III)

Nos encaminamos a una crisis económica que puede conducir a una crisis de civilización. Esa situación va a exigir la concienciación de las clases medias –etapa en la que nos encontramos- y la ulterior movilización. Esta es la crisis que avizoré y de la que avisé en ‘El manifiesto de las clases medias’ (Editorial Rambla). Reproduzco la tercera toma del último capítulo, titulado ‘El grito de la rebelión’:

Cada día se pretende avanzar, y se avanza, en la demolición de los pilares de la civilización occidental, para provocar su crisis. Esos líderes morales han fracasado de medio a medio en su pretendida función social. No son más que mendaces depredadores. Ellos han provocado la ceguera respecto al integrismo y su designio genocida. No sólo fueron incapaces de diagnosticar el riesgo y avisar del peligro, además han provocado el desarme moral de la sociedad y han servido, con sus monsergas multiculturalistas, como caballo de Troya. Mientras nos entretenían con su tediosa obsesión por extender anestesiantes complejos de culpa, tratando de convencernos de que nosotros éramos los bárbaros, éstos no estaban ya ante nuestras fronteras, habían entrado, convivían entre nosotros, alentando un odio infinito. Esos falsos líderes morales, revestidos con harapos de ilustrados, se han convertido en expertos manipuladores de las gentes sencillas, mientras con insidias difunden en el interior de nuestras sociedades abiertas y aventan al mundo entero su anatema: los occidentales son culpables de todo el mal del universo. Es preciso defender lo obvio: el terrorismo –invento genocida del comunismo- surge hoy del fanatismo islámico. Y no hay otro mar de injusticia que el estatista.
Parasitando del Estado, justificando su intromisión en nuestras vidas, penalizando el ejercicio responsable de la libertad, alejan al Estado de sus funciones. Mientras el Estado se dedica a ser empresario del espectáculo o a dar consejos banales de salud o a recomendar ahorros de agua y energía, por la incapacidad de los gestores para dar solución a los problemas reales, las sociedades son más inseguras en su interior y están peor defendidas hacia el exterior.
Más aún, nuestra sociedad abierta no puede sobrevivir desde la debilidad, desde la demolición del valor de la libertad, instalada en la mala conciencia a la que le conducen las castas depredadoras, para soslayar el debate sobre la estricta injusticia de su misma existencia. El socialismo ha de ser erradicado. Su idea fundacional es el exterminio de las clases medias, su práctica habitual es su depredación. Cualquier estrategia a la defensiva sería, en el momento actual, suicida. Es preciso cortar las vías de financiación de las clases parasitarias. Desmantelar sus cuarteles de invierno. Tampoco hay salvación para las clases medias en el conservadurismo. Éste ha agotado su crédito, ha desvelado su farsa de satélite del socialismo, su consenso depredador. Ha generado sus propios políticos profesionales para el festín expoliador. Los partidos tradicionales no sirven. Son el problema y no la solución. La presión sobre ellos ha dejado de ser útil e incluso posible. Las clases medias deben desbordarlos y superarlos.

A Esperanza Aguirre la está hundiendo Losantos

No son la serie ininterrumpida de torpezas cometidas por Esperanza Aguirre la que alejan de su ambición de ser la ‘lideresa’ del PP sino las condiciones objetivas. La desmerecida situación en la que se encuentra, ciertamente, se la ha ganado a pulso. Primero fue la intercesión ante Juan Carlos a favor del locutor Jiménez Losantos para el que pidió un ‘trato más humano’, como si el personaje fuera una ursulina indefensa, y luego el prepotente golpe palaciego que descabalgó a Gallardón de las listas. Cuando bajaban en el ascensor, Aguirre le espetó al alcalde que no se preocupara porque ambos estaban situados de manera equitativa de cara a la sucesión. Al margen de que el comentario indica que la presidenta de la Comunidad de Madrid jugaba a la derrota, en sí mismo indica una confusión notable respecto a las condiciones objetivas del terreno de juego de su partido. También respecto a las motivaciones de Gallardón.
El alcalde de Madrid quería ir en las listas por un criterio racional y por otro emocional, ninguno de los dos propiamente sucesorio. Gallardón tiene que buscar otros horizontes, pues ha dicho que no repetirá como candidato a alcalde. Y le hacía ilusión estar sentado donde lo estuvo su padre, don José María. En cuanto a aspiraciones sucesorias, Gallardón sólo puede abrirse paso de manera ordenada y emergiendo con las bendiciones de Rajoy.
La siguiente torpeza de Esperanza –que no fue invitada a salir al balcón de Génova en la noche electoral- fue interpretar mal el silencio galaico de Mariano y no ser capaz de aguantar los nervios y las ambiciones. La campaña contra Rajoy iniciada deprisa y corriendo por los aliados mediáticos de Esperanza y por sus hombres de confianza, con valoraciones excesivas del resultado madrileño, pudieron hacer comprender a Mariano que cualquier signo de debilidad, que su salida, conllevaría un ajuste de cuentas en el que se le situaría como el chivo expiatorio de todos los males. Lejos de abrirse un período de paz, abandonar la escena hubiera representado un calvario.
Pero la confusión de Esperanza es más objetiva, que subjetiva. Incluso en el caso de que Mariano hubiera tirado la toalla es altamente improbable que tuviera posibilidad alguna de acceder a la presidencia. Además de los votos de Madrid, Esperanza puede contar a su favor con los del País Vasco, Castilla-La Mancha (de manera parcial) y Cataluña (parcial, también). Enfrente, la amplia coalición de ‘barones’ autonómicos de las regiones que aportan más delegados al Congreso. Esperanza Aguirre ganó el Congreso de Madrid –por incomparecencia de Cobo- porque tenía a su favor el argumento decisivo y definitivo del Presupuesto, y quienes mandan en el partido son los alcaldes, y estos obedecen al cacique regional. Los inmediatos tiempos, también en el PP, no pasan por lo centrípeto sino por lo centrífugo.
La cuestión es que Mariano hubiera tirado la toalla, el PP se hubiera visto abocado a un Congreso de confrontación y en ese horizonte las posibilidades de Esperanza son muy pocas. Pudo comprobarlo en la Junta Nacional, cuando tuvo que sumarse, deprisa y corriendo, a la corriente de adhesión inquebrantable al naciente marianismo y tras su parlamento, Esperanza se encontró con un silencio que se cortaba, con el vacío político.
Hoy por hoy, aquí y ahora, la única opción para mantener la unidad del partido es la responsable continuidad de Mariano. No es que Esperanza Aguirre haya jugado mal sus cartas, que también, es que nunca –encapsulada en la corte madrileña, adulada por periodistas y medios a los que alimenta presupuestariamente- ha llevado buen juego. Lo ha dicho ella: “yo ya soy del equipo de Rajoy”.
No tiene sentido que con declaración tan clara, sus periodistas de cabecera, de faltriquera y de pilla-pilla presupuestario de derechas la reivindiquen como marginada y sean ellos precisamente los que se dediquen a denigrar a Mariano Rajoy. Eso se llama cinismo, doble juego e hipocresía. Si Esperanza Aguirre tiene un discurso propio, alternativo, que se presente como candidata a la presidencia del PP en el Congreso de junio. En otro caso, que no juegue al desgaste y la división por la espalda.
La confrontación es legítima; la división una irresponsabilidad suicida. A Esperanza Aguirre la está hundiendo Losantos. Con amigos así no se precisan enemigos.(Editorial del programa ‘A Fondo’ de Radio Intereconomía)

martes, 1 de abril de 2008

El grito de la rebelión y ‘El manifiesto de las clases medias’ (II)

Nos encaminamos a una crisis económica que puede conducir a una crisis de civilización. Esa situación va a exigir la concienciación de las clases medias –etapa en la que nos encontramos- y la ulterior movilización. Esta es la crisis que avizoré y de la que avisé en ‘El manifiesto de las clases medias’ (Editorial Rambla). Reproduzco la segunda toma del último capítulo, titulado ‘El grito de la rebelión’.

En propiedad, no hay otra civilización que la occidental. Sólo ella permite el perfeccionamiento humanitario de la especie y los adelantos técnicos que permiten el sostenimiento de la población. La sociedad liberalizada, la sociedad abierta no asegura una mayor moralidad, es, simplemente, la condición sine qua non de la moralidad, pues sin libertad no hay virtud. Todo odio hacia nosotros mismos ha de cesar de ser exportado. Ni la extensión del odio ni de la pobreza pueden camuflarse bajo el nombre de ayuda humanitaria.
Cualquier deterioro de la civilización occidental sería un cataclismo para la humanidad entera, pues toda ella sobrevive bajo su impulso y mediante su consumo. Aquellas naciones que, por ejemplo, tienen su principal fuente de riqueza en el petróleo o cualquier otra fuente de energía, obtienen sus ganancias de las sociedades occidentales y de las que se van sumando a los principios de la liberalización. La paz sólo puede conseguirse mediante la extensión del libre comercio. La mejor forma de ayudar a las poblaciones atrasadas es eliminar aranceles a sus exportaciones y condicionar esa medida a los derechos humanos.
El fortalecimiento –e incluso la supervivencia- de nuestra civilización depende de su perfeccionamiento interno, de su liberalización, de la rebelión de las clases medias. Esa rebelión ha de partir y proclamar dos principios: nadie que pueda valerse por sí mismo ha de vivir del esfuerzo de los demás; ninguna idea puede servir, por aparente que sea su moralidad, de coartada para lucrarse, con dinero estatal, de los otros. La constante agresión a las clases medias ha pasado, como hemos visto, por tres etapas históricas: el intento de exterminio, la expoliación mediante el chantaje de la amenaza comunista y la depredación a través y por castas parasitarias que se han arrogado la función de líderes morales. Estamos volviendo a la primera etapa.

PP: Renovación anticonspiranoia

No puede por menos que satisfacerme y alegrarme que la renovación en marcha del Partido Popular represente una depuración del error de la teoría de la conspiración sobre el 11-M, cuyos entresijos político-mediáticos he descrito y desentrañado en mi libro “Conspiranoia. De cómo El Mundo y la COPE mintieron y manipularon sobre el 11-M”. Quienes se implicaron de manera más palmaria están desapareciendo de la vida pública. Es el caso de Alicia Castro, la exdiputada que firmó las delirantes trescientas cincuenta preguntas parlamentarias, en las que el PP llegó a preguntar quién había dado la orden de asaltar el piso de Leganés, cuando, obviamente, había sido la cadena de mando del Ministerio del Interior del PP, con Ángel Acebes a la cabeza. El caso también de Jaime Ignacio del Burgo, del que por respeto a su trayectoria en otros temas, prefiero no hacer comentario. Eduardo Zaplana que ha tenido una legislatura vergonzosa, como el vocero de la conspiranoia. Agustín Díaz de Mera está quemado y Ángel Acebes es una notoria rémora para el PP. Esa absurda e injuriosa fabulación, que en ningún caso puede ampararse en la libertad de expresión, sino en la más estricta arrogante irresponsabilidad, está pasando una lenta pero segura factura a quienes la difundieron, la dieron alas o la promovieron. El descrédito va llegando a los gurúes, a Losantos –que pidió que soltaran a Zougham y a todos los terroristas islamistas- y a Pedro Jota que saldrán más pronto que tarde por el sumidero de la historia, por haber perpetrado la página más negra del periodismo español y la más estúpida de la política, pues hemos llegado a ver a políticos cuestionando su propia labor investigadora. Esa historia de la ‘Conspiranoia’ muestra que la dirección del PP no ha estado en Génova, sino en los despachos de algunos medios, y que Mariano Rajoy no ha contado con un equipo propio, porque Rajoy siempre ha sido más prudente que sus más directos colaboradores, que parecían jugar en su contra, quizás pensando en una sucesión anunciada que, por ahora, no tendrá lugar. El tiempo pone a cada uno en su sitio y a todos los denunciados en ‘Conspiranoia’ los está poniendo en el desmerecido que se merecen. Así que, lo dicho, no puedo por menos que estar satisfecho y alegrarme por la regeneradora renovación en marcha. Pero ha llegado el momento de que el PP deje de reír las bromas macabras de los dos mercantilistas de la COPE y El Mundo. Atrévanse a leer ‘Conspiranoia’. Contrasten como todo ha sido una fabulación mentirosa. Comprueben como Pedro Jota se lanzó a la piscina de la mentira cuando no le dieron una televisión analógica. Lean como Losantos se pavoneó de que era una buena técnica para vender periódicos. Atrévanse a leer ‘Conspiranoia’ y a ilustrarse sobre cómo han utilizado a las víctimas y la masacre de Atocha para desprestigiar a los competidores, como a Zarzalejos, un periodista ética y un hombre honrado. Infórmense de cómo con tortuosas artimañas han intentado poner al PP a su dictado y a su servicio. De cómo acusaron a todos los policías españoles –con el respaldo de la Confederación Española de Policía, por cierto- de ser unos asesinos.

El grito de la rebelión y ‘El manifiesto de las clases medias’ (I)

Nos encaminamos a una crisis económica que puede conducir a una crisis de civilización. Esa situación va a exigir la concienciación de las clases medias –etapa en la que nos encontramos- y la ulterior movilización. Esta es la crisis que avizoré y de la que avisé en ‘El manifiesto de las clases medias’. Como descargo de responsabilidad y para promover el debate de ideas, al margen del estéril de fulanismos en el que se trata de continuo en instalarnos, voy a ir reproduciendo, en días sucesivos, el último capítulo de ‘El manifiesto de las clases medias’, titulado ‘El grito de la rebelión”:

Las clases medias han de tomar conciencia de su poder, también del riesgo en que se encuentran para su supervivencia y la de la civilización que han alumbrado, la única que puede sostener los actuales niveles de población. No han de resignarse por más tiempo a que en una parte de sus vidas hayan sido reducidas a la esclavitud, ni, haciendo dejación de su responsabilidad, consentir que se siga desarmando a las sociedades abiertas, llevando a la ceguera a sus ciudadanos, sumiéndoles –sin fundamento alguno para ello- en complejos paralizantes. No deben permitir ni un instante más la degradación de las democracias, porque eso terminaría por hacer inviable a la democracia misma, sumiendo a la Humanidad en un cataclismo.
Las clases medias no han de aspirar a ninguna reforma superficial o de circunstancias, ni conformarse con pactos o componendas. La rebelión de las clases medias es hoy necesidad perentoria, exigencia de una revolución política y ética. La misión de las clases medias es extender, universalizar la propiedad privada. Todas las sociedades han recibido algunos de los beneficios devenidos de la conquista de ese principio en el ámbito geográfico de Occidente. Los avances médicos han permitido un incremento de la población sin precedentes en la historia del devenir humano. Esos pueblos no disfrutan, sin embargo, de la propiedad, ni de la libertad práctica y la dignidad que conlleva. Sin propiedad están condenados a la frustración y la desesperación. Ninguna estructura tiránica, ninguna casta opresora ha de ser respetada, amparada en su cultura. La mejor ayuda a esas sociedades es una recuperación de la fe en nuestro valor de libertad personal y su difusión.