martes, 7 de octubre de 2008

Dinero del contribuyente

No existe tal cosa como dinero público. Eso es un eufemismo que esconde una trampa que va camino de convertirse en letal. Ese dinero no es otro que el que se detrae de los contribuyentes, básicamente, de las sufridas, empobrecidas y expoliadas clases medias.
Una exministra de Cultura, que, a pesar de su supina ignorancia, sigue viviendo del Presupuesto, o sea del contribuyente, llegó a decir que el ‘dinero público no es de nadie’. Pues sí, ese dinero es del contribuyente, de usted, querido oyente.
Cada día se nos abruma con más y más noticias que predicen un depredador festín fiscal. Con grave engaño a las opiniones públicas, con intenso deterioro de la democracia como limitación de poder, los políticos salen al rescate y se presentan capaces de resolver cualquier problema con dinero del contribuyente.
Esa mentalidad de la ignorante exministra se está extendido como la pólvora por todo el mundo, agravando la crisis planetaria que padecemos.
A los contribuyentes se les detraen fondos a través de los impuestos y la inflación. Ambas están subiendo en España. Los Presupuestos Generales del Estado, mediante la tortuosa añagaza de no actualizar las tarifas del IRPF con respecto a la inflación, suben la presión fiscal de las clases medias entre 2 y 4 puntos. La inflación, además, no se controla.
Las clases medias serán sensiblemente más pobres el próximo año y los siguientes.
Nuestro Gobierno, y el conjunto de los occidentales, están subiendo el nivel de las facturas a pagar. Esas facturas las giran en nuestro nombre. Quienes las vamos a pagar somos los contribuyentes. Se interviene con nuestro dinero. La deuda pública conduce a la presión fiscal. No es descartable, que desbocados por la hiperactividad intervencionista, los gobiernos terminen inundando el mercado de papel moneda, abriendo la espita de una inflación exponencial, que termine dejando sin valor el dinero llevándonos al trueque.

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