Quizás con intención retadora, una oyente me inquirió sobre por dónde recortaría gasto público. No resulta difícil la respuesta. Pero antes recordar que nada es gratis y todo gasto público es gasto que sale del bolsillo de los contribuyentes, fundamentalmente de las expoliadas clases medias.
Por de pronto, sacaría a los partidos y los sindicatos, también los patronales, de los Presupuestos públicos. No son más que prolongaciones del Estado. No tiene sentido que, a la fuerza, cada ciudadano sea, de hecho, militante de todos los partidos.
Quitaría el canon de la SGAE y las subvenciones al cine.
Eliminaría de inmediato el cheque bebé.
Cerraría el Ministerio de la Vivienda, el de Medio Ambiente, el de Trabajo y Asuntos Sociales y el de Cultura, aunque de éste podría quedar en Presidencia del Gobierno una Dirección General de Patrimonio.
Procedería a que en los Ayuntamientos hubiera elección directa del alcalde, él nombrara a su equipo y los concejales sólo cobraran dietas por pleno.
Cerraría las Diputaciones.
Privatizaría todas las televisiones estatales y autonómicas.
Privatizaría el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Procedería a un proceso de reducción drástica de Universidades estatales, cerrando aquellas carreras altamente deficitarias.
Procedería a un proceso de desamortización de edificios públicos.
Establecería que los Parlamentos autonómicos sólo se reúnan un mes al año y los diputados autonómicos sólo cobren dietas.
Cerraría el Senado.
Pondría en marcha el cheque escolar lo que ahorraría mucho dinero en Educación y sobre todo en la relación calidad-precio.
Eliminaría las subvenciones a las energías renovables y pondría en marcha, sin tardar, un plan de centrales nucleares.
Eliminaría las subvenciones a los biocombustibles.
Pondría en marcha el sistema de cheque sanitario y el cobro por acto médico.
Pondría en marcha el sistema de capitalización en las pensiones.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario