viernes, 16 de mayo de 2008

No milito en la oposición a Rajoy

Milito en la oposición a Zapatero, porque su Gobierno está llevando a la ruina y a la proletarización a las clases medias; porque promueve la paridad del paro y la igualdad en la miseria.
Milito en la oposición a Zapatero porque su España plural tiende a la confederación, a la independencia, a la lesión de derechos personales y, además, es insostenible.
Milito en la oposición a Zapatero porque, en el mundo, va de la mano de los enemigos de la libertad y se alinea con la mayor secta de asesinos que ha producido la Humanidad: los comunistas, travestidos de socialistas del siglo XXI.
Porque el socialismo es siempre la miseria, pues no entiende la libertad personal ni respeta la iniciativa.
No milito en la oposición a Rajoy, porque se ha ganado el suficiente respeto con su tenaz rechazo de la negación con ETA y su oposición a los contenidos antinacionales del Estatuto de Cataluña.
Se ha ganado –para mí- el suficiente respeto por su suficiente defensa de la libertad personal en todo el territorio nacional.
Ni participo ni voy a participar en esta deleznable operación de acoso y derribo contra la persona, sin candidatura alternativa, ni debate ideológico perceptible.
No concibo otro periodismo que el que busca la verdad y abomino de las estrategias mendaces de la propaganda y por eso reafirmo que el PP no ha cambiado de principios y la Ponencia política es un espléndido texto de reafirmación de la soberanía nacional única y de una España de ciudadanos libres e iguales ante la Ley.
Notoriamente, María San Gil carecía de razones para no firmar una ponencia que refleja su pensamiento. No se pueden exhibir meros criterios emocionales, ni suposiciones subjetivas de futuro, sin entrar en el terreno del capricho. Tampoco se entiende algún deambular crítico, como el de Gustavo de Arístegui, sin dar el paso de la coherencia, retornando después de la lealtad tras hacer bolos de acérrimo opositor. Hay espectáculos que no resultan estéticos, ni pueden utilizarse despachos subvencionados para alentar tormentas en un vaso de agua.
También debería analizar la jerarquía católica si, en los tiempos que corren, es una muestra de inteligencia avalar el debilitamiento del principal partido de la oposición sin reemplazo y si eso no conduce a establecer el laicismo como consenso.
Tampoco parece edificante ver al pesebre mediático popular, que durante cuatro años ha ensalzado a Rajoy, haciéndose ahora los independientes. Ya dice el dicho: ni ames a quien amó, ni sirvas a quien sirvió. Ni se entiende tanta histeria deconstructora en nombre de las esencias. Querer destruir el PP en nombre del PP parece un soberano desatino.
Algunos sacrosantos principios están teniendo unos pésimos abogados.
No cabe por menos que concluir que quien está actuando con mayor responsabilidad es Mariano Rajoy y que, visto lo visto, es lo menos malo del PP.
Si no hay alternativa, ni traición a los principios, no vendría mal un poco de mesura y bastante más de cordura.

1 comentario:

Ricardo Silvestre dijo...

Aunque acostumbro a estar de acuerdo con usted, me parece que, Rajoy es un mediocre, quizás el tuerto en el pais de los ciegos... vamos que no es la solución para nada y desde luego no parece una persona que pueda encabezar nigún "cambio" serio y profundo, estoy convencido que con gente como él seguiriamos en la cuesta abajo, más despacito que con Zapatero, pero para abajo.