martes, 23 de septiembre de 2008

En Seguridad no se debe ahorrar

El anarcocapitalista Murray Rothbard y el minarquista (defensor del Estado mínimo), Robert Nozick mantuvieron una apasionante polémica sobre las funciones del Estado. En su libro ‘Estado, anarquía y utopía’. Nozick defendió que el sentido básico del Estado es ser la agencia hegemónica de seguridad, frente a Rothbard partidario de la libre concurrencia de agencias de seguridad privadas y, por ende, de la desaparición del Estado. Esas agencias privadas existieron con los señores feudales, y se fue produciendo un proceso que lleva a la asunción del monopolio de la violencia por parte del Estado.
O el Estado asegura la seguridad o pierde sentido su existencia. Los ciudadanos pagan impuestos básicamente a la agencia de seguridad estatal. Si el Estado no asegura la seguridad carecería de sentido pagar impuestos.
Existen indicios alarmantes, denunciados desde A Fondo, de que el Estado, y su plasmación en el Gobierno, están dando pasos que pueden cuestionar muy seriamente la seguridad de los españoles, en un momento, en el que la crisis económica, hace previsible un aumento de la conflictividad y de la delincuencia.
La Policía Nacional, y seguramente la más silente Guardia Civil, están recibiendo órdenes y criterios que pueden limitar muy seriamente su operatividad. Las órdenes escritas hablan de una austeridad completa, propia de un Estado en ruinas. El ministro del Interior aventura que los Presupuestos próximos para su Departamento serán ‘tremendos’.
La Policía Nacional y la Guardia Civil arrastran una situación de sueldos bajos para quienes se juegan la vida cada día en defensa de la libertad y la seguridad –ambas van unidas- de los ciudadanos. El Ministerio del Interior no parece dispuesto a resolver el agravio comparativo con las policías autonómicas y con las municipales.
Las órdenes verbales que han denunciado los sindicatos policiales incluyen la suspensión de prácticas de tiro, que han de ser trimestrales, y la recomendación de hacer menos patrullas con los coches para gastar menos gasolina. Incluso algunos coches patrulla no están operativos porque no se les cambia el aceite.
Este Estado que se mete en todo, que subvenciona a cineastas y cantantes, que financia a ecologistas, feministas y onegés varias, descuida lo fundamental. En seguridad no se puede ahorrar, como tampoco en Defensa, porque eso, y no otra cosa, es el Estado.

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