lunes, 8 de septiembre de 2008

Zapatero ama tanto a los pobres que nos quiere empobrecer a todos

Mientras podemos terminar el año con el paro cerca de los tres millones o superando esa cifra, triste récord que sólo ha conseguido otro socialista, Felipe González, en diciembre de 1987, Zapatero inicia una peligrosa huida hacia delante hacia el populismo y un izquierdismo infantil preñado de demagogia y de ignorancia sobre cómo funcionan la sociedad y la economía.
Mientras entra en quiebra el INEM, y el descenso de cotizantes hacia peligrar el sistema de pensiones, Zapatero promete subir las pensiones el 6%, aumentando, de esa forma, el gasto público. Factura que luego se gira vía impuestos, hasta que no quede gente suficiente cotizando para mantener el edificio de cimientos carcomidos.
Mientras las naciones civilizadas salen de su letargo y apuestan por la energía nuclear, el ultraecologista Zapatero la rechaza por completo y se muestra dispuesto a seguir comprándosela a Francia con nuestros impuestos, mientras nosotros llenamos nuestro territorio de parques eólicos y solares, y nuestra dependencia energética es del 86%. Competir así es una quimera.
Mientras la absurda e irresponsable política de papeles para todos empieza a pasar factura por Roquetas de Mar, mientras la Policía carece de medios para hacer prácticas de tiro, y el fantasma de la inseguridad se enseñorea de la doliente España, Zapatero saca a paseo, para sus hooligans, el fantasma de Franco, y al tiempo que se husmea en las tumbas, se quiere abrir otras, en plena escalada de la cultura de la muerte, con el aborto a plazos y la eutanasia.
Es norma de los ignorantes y los irresponsables echar la culpa a otros, y Zapatero ya ha lanzado la consigna para sus devotos y para que los medios afines la difundan: la culpa de la crisis económica la tienen los Estados Unidos y sus avariciosos bancos. Como si nuestra crisis inmobiliaria nos la hubieran exportado.
Zapatero ama tanto a los pobres que nos quiere empobrecer a todos. Ya su abuelo estaba a favor del “amejoramiento de los humildes”, y el nieto está dispuesto a llevarlo a la práctica: nos quiere a todos muy humildes.
Paridad de paro e igualdad en la miseria es lo que define al zapaterismo, ahíto de hipocresía.
Esta legislatura no se aguanta. Nada de amejoramiento, empeoramiento de día en día a velocidad de crucero y de vértido.

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