jueves, 18 de septiembre de 2008

La izquierda parasitaria bate récords de impostura

La izquierda parasitaria es irreductible al desaliento en cuanto a la mentira y la propaganda. Tras haber negado la crisis, tras haber llamado antipatriotas a quienes denunciábamos, por sentido de la responsabilidad, la crisis del modelo intervencionista, montado sobre la expoliación de las clases medias, ahora, mostrando su habitual impostura y de manera harto previsible, han iniciado una de sus campañas tortuosas y simplonas señalando al liberalismo y al mercado, como los responsables de la crisis.
Se trata de salvar a esa esfinge sonriente en que ha devenido Zapatero y de salvarse a sí mismo, porque la fracasada izquierda ha devenido en una fórmula de privilegios para vivir del cuento, a costa de los demás.
Aunque es históricamente muy grande la impostura de esta izquierda que fracasó con estrépito al tiempo que caía el Muro de Berlín, y que ha extendido su agonía a la sociedad mediante la manipulación, ahora, cuando su fracaso es patente, cuando el Gobierno socialista es un mero fantasma que deambula por el escenario, se están superando y batiendo récords en su falta de rigor intelectual y de decoro.
Dice Iñaki Gabilondo que el liberalismo “se está desplomando como se desplomó el comunismo en 1989”. Escribe Enric Sopena que “nos han intoxicado durante más de dos décadas –sobre todo coincidiendo con la caída del Muro de Berlín y, por ende, del comunismo soviético- y nos han comido el tarro propagando las excelencias del libre mercado. Nos han reiterado que la socialdemocracia era una antigualla y que sus fórmulas conducían al desastre”.
Arden, se hunde España en la ruina, mientras el neroncillo de La Moncloa toca desafinado su organillo con gastado soniquete.
La solución es una nueva liberalización, una profundización en la liberalización y el mercado, que no se hizo en la década de los ochenta. Esta es crisis planetaria porque suma las ineficiencias de todos los intervensionismos del mundo, porque no se ha puesto final al comunismo que infectó a las sociedades abiertas, sino que el expolio y la ineficiencia han sido considerados como ‘conquistas sociales’, porque la población trabaja y se desloma, frita a impuestos, para que los aristócratas de la izquierda –siempre con dinero público, siempre con concesiones administrativas gratuitas, que, al menos, debían ser mediante subasta- vivan como sanguijuelas –periodistas prisaicos, cineastas, cantantes, ecologistas, feministas, onegés y todo ese largo etcétera del parasitismo fiscal, como los miembros del Consejo de Administración de RTVE que cobran, por no hacer nada, 25 millones de las antiguas pesetas al año- del esfuerzo de las clases medias.
El liberalismo es hoy, más que nunca, la solución; el socialismo parasitario es hoy, más que nunca, el problema.
Zapatero tiene que irse y el PSOE disolverse –pertenece a la inmundicia de la especie, a los peores errores intelectuales- porque la situación económica y social no se aguanta.

(Editorial del programa A Fondo, Radio Intereconomía, de 21 a 22 horas)

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