lunes, 22 de septiembre de 2008

Traidores contra las clases medias

Ante la grave agresión a la libertad económica perpetrada por el Gobierno de los Estados Unidos y la Reserva Federal, que pagarán con presión fiscal los contribuyentes (las clases medias), y las declaraciones del presidente de la CEOE pidiendo un “paréntesis en la economía de mercado”, reproduzco unos párrafos de mi libro “El manifiesto de las clases medias”, publicado en 2007. Corresponden al capítulo titulado “Traidores contra las clases medias”:

No se hubieran alcanzado los actuales elevados niveles de depredación de las clases medias de no haberse producido arteras traiciones. Una de las más llamativas es la de los empresarios. Habían de ser estos quienes lideraran la rebelión de las clases medias, pues, de forma natural, pertenecen a ellas y son, de alguna manera, su culminación. La función empresarial es universal, ya que todos toman decisiones autónomas de carácter económico, mas sólo en algunos se plasma esa realidad de una manera plena. Avisaban los clásicos que toda reunión de empresarios degeneraba en conspiración contra los consumidores y en estrategias para establecer lucrativos y gravosos monopolios. No erraban, se quedaban cortos.
Hay, sin duda, empresarios que asumen el riesgo creador y son, a su vez, depredados, pero una buena parte de ellos y, sin excepción, sus organizaciones patronales han sucumbido al mercantilismo del poder y se han convertido, a su vez, en depredadores. Las clases medias son partidarias de la competencia no de lo retórico privado parafiscal. El paisaje está poblado de trampas y subterfugios. Por todas partes hay oligopolios ‘privados’, monopolios ‘privados’, concesiones administrativas a grupos ‘privados’, restricciones al mercado –a la libre concurrencia- gestionadas por entidades ‘privadas’. Parasitismo fiscal de alto standing. Depredadores de cuello blanco. Piratas del intervencionismo. En las reuniones actuales de los grandes empresarios se debate sobre los pactos necesarios con el poder político para depredar a las clases medias, en una francachela de corrupción común, de degradación mutua.

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