viernes, 19 de septiembre de 2008

El capitalismo ha muerto, ¡viva el capitalismo!

Hoy es un día triste, muy triste, para la libertad en el mundo. La más grande potencia a favor de la libertad que ha dado la historia de la Humanidad, como la definió Margaret Thatcher, se ha desbocado por la senda del intervencionismo, esa enfermedad que crea adicción. El Gobierno conservador de George Bush, con el impulso de la fracasada Reserva Federal, se dispone a dilapidar “cientos de miles de millones” de dólares, de los contribuyentes, para –dice- afrontar la crisis. Sólo conseguirá agravarla. Según Bush, la intervención “no sólo está justificada, es esencial”. El dogmatismo trae un bálsamo temporal al pánico colectivo, pero traerá males mayores y situará a Bush como uno de los peores presidentes de la historia de los Estados Unidos. Se produce, además, una agresión a la libre empresa con la prohibición temporal a casi ochocientas empresas de inversión especializadas en ventas a corto plazo. Un medio de comunicación señala que “el Congreso y el Gobierno estadounidenses ultiman un plan que podría suponer la mayor intervención de los poderes públicos en el mercado de la Historia”. Las bolsas han reaccionado compulsivas y eufóricas ante el festín mercantilista. Este desastre lo pagarán los contribuyentes y empobrecerá aún más a las sociedades, a los ciudadanos de las clases medias. Como cuestión no menor, se incrementa la perversión de la democracia. Hoy es un día triste, muy triste, para la libertad en el mundo. El capitalismo ha muerto. ¡Viva el capitalismo!

1 comentario:

nunezcarvallo.blogspot.com dijo...

El dogmatismo neoliberal te ha cagado, hermano